La BatallaMuestra
«Cuando pelee de rodillas lo haré. Mis manos alzaré».
¿Cómo reaccionas cuando te das cuenta de que tienes una batalla por delante?
Cuando nos enfrentamos a dificultades, la mayoría de nosotros caemos en un patrón de queja o derrota total. Nos sentimos enojados o agotados, y no podemos concentrarnos en nada más que en la carga que llevamos en la espalda
En 2 Crónicas 20, el rey Josafat se encuentra en un estado similar. Su reino de Judá estaba a punto de ser atacado por Moab y Amón. Su pueblo se asustó y le dijo que «un gran ejército venía contra ti desde Edom, del otro lado del Mar Muerto» (versículo 2). Ahora, este momento habría sido aterrador para Josafat y sus hombres. Los israelitas habían estado viviendo en la Tierra Prometida durante muchos años, y la idea de que los moabitas y los amonitas se apoderaran de su tierra habría sido increíblemente desalentadora. Cuando estas noticias llegaron al rey Josafat, tenía varias opciones, pero eligió consultar primero al Señor. Su acción llevó a toda Judá a ayunar y buscar la ayuda del Señor.
Hay mucho que sacar de esta parte de las Escrituras. Lo primero es la disposición del rey Josafat en dejarse aconsejar por el Señor primero a través de la oración y el ayuno. No se quejó ni se enfadó. No consultó a los líderes militares ni se encogió de hombros ante la noticia. En cambio, se alarmó, pero optó por buscar al Señor.
«La Batalla» dice «Cuando pelee de rodillas lo haré. Mis manos alzaré», que es una hermosa imagen de exactamente cómo Josafat eligió pelear la batalla frente a Él. Eligió buscar la ayuda del Señor, ante todo, y esto marcó la diferencia.
También es muy notable que Josafat no oró solo. El versículo 3 explica que «proclamó un ayuno para toda Judá». Sabía que un ejército de personas arrodilladas en oración era más fuerte que cualquier otro ejército en la tierra.
Toma un momento para pensar en una batalla que enfrentas actualmente. Ahora, toma otro momento para llamar al Señor.
Señor, sé que esta batalla comienza de rodillas en oración, con mis manos levantadas hacia Ti, la fortaleza más grande de todas. Irás delante de mí y te lo agradezco. Señor, revélame hoy a quién puedo pedir que ore conmigo. Señor, encuéntrame en medio de esta batalla y equípame según Tu voluntad. Amén.
Haz esta oración a lo largo de tu día y escucha «La Batalla» para recordar la verdad: ¡la batalla siempre pertenece a Dios!
Escrituras
Acerca de este Plan
¿Qué haces cuando la batalla a la que te enfrentas es demasiado grande para ti? No todos enfrentamos batallas militares, pero sí enfrentamos batallas mentales, fisicales, emocionales y muchas otras. Al enfrentar una batalla, es muy fácil ser derrotado incluso antes de que comience. La sociedad nos dice que nunca demostremos debilidad, pero el Señor nos dice que Su fuerza se demuestra mejor en nuestra debilidad.
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Nos gustaría agradecer a Provident por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://essentialworship.lnk.to/LWNrP52rYV