Gracias, DiosMuestra

«De aquí hasta la eternidad. Yo cantaré de Tu bondad. El pródigo a su casa regresó… Me levantó, me transformó. Ahora en tierra firme estoy. Gracias al Padre, Gracias a Cristo».

¿Por qué puedes agradecer a Dios en este momento?

En la canción «Gracias, Dios», el cantante celebra al Señor con tanta gratitud por todas las formas en que lo ha bendecido en la vida. Sin embargo, hay un atributo particular de Dios en el que se centra: Dios el Salvador.

Es fácil quedar atrapado en las cosas de este mundo y sentir que es difícil encontrar algo por lo que estar agradecido. Después de todo, vivimos en un mundo lleno de pecado, lleno de desilusión y destrucción. No es de extrañar que a veces luchemos con la gratitud.

Sin embargo, en el corazón de esta lucha, siempre tendremos al menos UNA cosa por la que agradecer a Dios y ¡esa es nuestra salvación!

Dios nos salvó porque no podíamos salvarnos a nosotros mismos; por Su gran amor y misericordia, ¡Él puso nuestros pies en tierra firme!

Pablo habla de esta idea en una carta que dirige a la ciudad de Colosas. Durante este tiempo en Colosas, hubo varias herejías dentro de la iglesia y Pablo quería asegurarse de que fueran enseñadas adecuadamente. Además, quiso animar a la joven iglesia de creyentes a seguir siendo fuertes en su fe, no cediendo al engaño.

En Colosenses 1:12-14 Pablo dice: «dando gracias con alegría al Padre. Él losha facultado para participar de la herencia de los santos en el reino de la luz. Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón de pecados».

Pablo quería asegurarse de que los colosenses supieran la verdad sobre su herencia, y nosotros también debemos saberlo: aunque no merecíamos su herencia, nos capacitó para compartirla con él. Y este es el corazón de la gratitud.

Dios no solo nos rescató del dominio de las tinieblas, recogiéndonos y dándonos la vuelta, sino que también hizo un esfuerzo adicional. Dios puso nuestros pies sobre la roca sólida de la salvación a través de Él, un fundamento que nunca temblará ni se moverá.

Incluso cuando el mundo parece tan frustrante y nada te sale bien, tómate un momento para recordar el regalo más grande que has recibido: ¡La salvación!