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Incendiario: 6 Días De Devocional Para ArderMuestra

Incendiario: 6 Días De Devocional Para Arder

DÍA 4 DE 6

Piénsalo por un momento y deja que este pensamiento se escurra por todos los rincones de tu alma, hasta que te emocione como debería emocionarte.

Dios vive en ti. Quizá no has prestado suficiente atención a lo que acabas de leer, por lo que voy a repetirlo.

El eterno, el arquitecto del cosmos, el Creador del espacio, el tiempo y la materia, ha decidido hacer en ti su morada.

Por muy loco que te pueda parecer, el Evangelio dice esto, que Dios desestimó vivir en templos hechos de mármol, de oro y pie­dras preciosas, para vivir en templos hechos de carne, de sangre y huesos, de tendones y tripas; menospreció los templos iner­tes hechos de materiales nobles, para vivir en templos vivientes hechos de barro.

Eso nos convierte en portadores de la presencia de Dios y no creo que haya nada más grandioso que pueda conseguirse en este mun­do que esto (y, cuando me refiero al mundo, me refiero a cualquier rincón del universo).

El apóstol Pablo lo expresó de esta manera:

«Tenemos este tesoro en vasijas de barro»(2 Corintios 4:7)

Cuando Pablo se refiere a nosotros como vasijas de barro donde se esconde un valioso tesoro, la primera imagen que viene a mi mente es la de un macetero de arcilla donde Dios planta una semilla. Noso­tros somos la maceta y el Espíritu Santo es la semilla.

A todos nosotros se nos ha dado gratuitamente la misma semi­lla del Espíritu Santo cuando creímos en el Evangelio, exactamen­te la misma semilla.

La misma semilla que le fue dada al apóstol Pablo te ha sido dada a ti.

La misma semilla que le fue dada a María, a Pedro, a Juan o a cualquiera de los protagonistas del Nuevo Testamento te ha sido dada a ti.

La misma semilla que le fue dada a John Wesley, Charles Spurgeon, Katherine Kuhlman o Billy Graham te ha sido dada a ti.

La misma semilla que le fue dada a cualquier hombre o mujer de Dios que admires por el depósito divino que portan en ellos te ha sido dada a ti.

Exactamente la misma.

No una inferior, ni de peor calidad, ni más pequeña.

La misma.

Y sé que lo que te incomoda de esta afirmación es pensar que, si a todos se nos dio la misma semilla, ¿por qué hay maceteros que se ven tan rebosantes de vida y otros que se ven tan marchitos? ¿Por qué hay personas que parece que portan una mayor medida de la presencia de Dios en sus vidas que otras? Parecería como que a algunas personas Dios les ha dado una semilla especial, pero no, todos hemos recibido la misma semilla del Espíritu Santo. Entonces, ¿por qué algunos están tan rebosantes de Dios?

Porque, aunque la semilla sea la misma, el fruto que se obtiene de ella está determinado por la inversión que hagas en regarla, abo­narla y protegerla. La semilla en sí tiene todo el potencial dentro de ella para dar fruto, pero, si no se trabaja, no se obtiene la cosecha. Y hay personas que miman la semilla y otros que la ignoran. Insisto, la semilla divina es la misma para todos; sin embargo, es tu forma de cultivarla lo que determinará el crecimiento de la presencia de Dios en tu vida, lo que determinará la grandeza y la belleza de la manifes­tación de Dios en ti.

Lo que muchos no entienden es que recibir la semilla es gratis, pero hacerla florecer implica pagar un precio. Recibir al Espíritu Santo es pura gracia, pero la manifestación de sus frutos es la recompensa de dedicarle esfuerzo e invertir tiempo en cultivar una relación con él.

Por esa razón, hay personas que parecen jardines en primave­ra y llenan el ambiente con la fragancia de la presencia de Dios; otras, sin embargo, parecen sequedales, donde apenas crecen unas florecillas. Hay personas con tanto fruto del Espíritu que alimentan a todos y otras donde apenas se recogen unas frutitas rancias. La diferencia entre unas personas y otras no está en el Espíritu que recibieron, sino en la inversión que hicieron para culti­var intimidad con él.

Así que, cuando veas a alguien rebosante de Dios, recuerda que Dios no tiene favoritos, tiene íntimos.

Escrituras

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Acerca de este Plan

Incendiario: 6 Días De Devocional Para Arder

Basado en el libro de Itiel Arroyo Incendiario, un diario interactivo que te guía a través de una experiencia transformadora con Dios durante 40 días. Este devocional de 6 días comenzará un incendio en tu alma para acabar con la apatía hacia Dios que inunda esta nueva generación. Es tiempo de arder con el fuego de la pasión por Dios.

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Nos gustaría agradecer a HarperCollins/Zondervan/Thomas Nelson por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.editorialhccp.com/r/libros-de-itiel-arroyo/