Primer paso: ¡Orar!

"Respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí" (2 Corintios 12:8).

Pablo hizo exactamente lo que les dijo a otros que hicieran en tiempos de dificultad. Pablo puso en práctica lo que escribió en Filipenses 4:6: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracia".

“Tres veces he rogado al Señor”. Pablo oró repetidamente por este aguijón en la carne. Podríamos imaginar que cuando el aguijón en la carne apareció por primera vez, Pablo pensó: “Esto no es problema. Simplemente se lo entregaré al Señor en oración”. Pero no pasó nada cuando oró, por lo que pensó: “este es uno difícil”, y oró de nuevo. Cuando no sucedió nada después de orar la tercera vez, supo que Dios estaba tratando de decirle algo.

Algunos piensan que Pablo está utilizando una figura retórica hebrea que en realidad significa más que tres veces. G. Campbell Morgan explicó esta repetición: “Es la expresión hebrea para decir: incesantemente, continuamente, una y otra vez”.

Algunos dicen que es poco espiritual y evidencia de poca fe orar por algo más de una vez. Eso sorprendería a Pablo, quien rogó al Señor tres veces, y a Jesús, quien oró con las mismas palabras tres veces durante Su agonía en el Huerto de Getsemaní (Marcos 14:39-41).

Pero no había nada malo con la oración de Pablo.

El teólogo John Trapp escribió acerca de la oración: “Dios no se fija en la aritmética de nuestras oraciones, en cuántas son; ni en la retórica de nuestras oraciones, en lo prolijas que son; ni en la geometría de nuestras oraciones, en lo largas que son; ni en la música de nuestras oraciones, en lo melódicas que son; ni en la lógica de nuestras oraciones, en lo metódicas que son; sino en la divinidad de nuestras oraciones, que provengan del corazón. En la oración no prevalecen los dones, sino las gracias”.

Invitación: Vuelve a orar hoy por los “aguijones” de tu vida. Llévalos ante el Señor y pídele que te sostenga con su gracia. Como Jesús oró: “Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú” (Marcos 14:36).

Basado en el Comentario Bíblico de Enduring Word de David Guzik.