La inesperada respuesta de Dios

"Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2 Corintios 12:9).

“Y me ha dicho”. Dios tuvo una respuesta para Pablo. La respuesta no fue lo que Pablo esperaba inicialmente ni la que deseaba, pero aun así Dios tuvo una respuesta para él. A menudo cerramos nuestros oídos a Dios si no responde de la manera que deseábamos o esperábamos.

“Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. En lugar de quitar el aguijón de la vida de Pablo, Dios le dio y le seguiría dando Su gracia. La gracia que Dios le dio a Pablo le bastaba para satisfacer todas sus necesidades

Pablo deseaba desesperadamente encontrar alivio de esta carga, pero el alivio puede venir de dos maneras: quitando la carga o fortaleciendo el hombro que lleva la carga. En lugar de quitar el aguijón, Dios fortaleció a Pablo con él, y Dios mostraría Su poder a través de la aparente debilidad de Pablo.

Para ello, Pablo tuvo que creer que la gracia de Dios le bastaba. Realmente no creemos que la gracia de Dios es suficiente hasta que creemos que nosotros somos insuficientes. Para muchos de nosotros, especialmente en nuestra cultura moderna, esto es un gran obstáculo. Idolatramos al “hombre hecho a sí mismo” y queremos confiar en nosotros mismos. Pero no podemos recibir la fuerza de Dios hasta que conozcamos nuestra debilidad. No podemos recibir la suficiencia de la gracia de Dios hasta que conozcamos nuestra propia insuficiencia.

Charles Spurgeon escribió esta poderosa descripción: “La gran tribulación pone de manifiesto la gran fuerza de Dios. Si nunca sientes los conflictos internos y el hundimiento del alma, no conocerás mucho del poder sustentador de Dios; pero si desciendes, más y más, a las profundidades del alma y te angustias hasta que las profundidades amenacen con cerrarte la boca, y entonces el Señor cabalga sobre un querubín y vuela, sí, cabalga sobre las alas del viento y libera tu alma, y te eleva al tercer cielo de deleite, entonces percibes la majestuosidad de la gracia divina. Oh, debe existir la debilidad del hombre, sentida, reconocida y lamentada, o de lo contrario el poder del Hijo de Dios nunca se perfeccionará en nosotros

Invitación: Deja que esta verdad penetre profundamente en tu alma: “¡La gracia de Dios me basta!”. Tanto si Dios te quita el aguijón como si te fortalece con él, Él se mostrará fuerte a tu favor. Confía hoy en su más que suficiente gracia.

Basado en el Comentario Bíblico de Enduring Word de David Guzik.