Biblia Anual (Mes 9)Ejemplo

Las puertas del templo se abren

Prevaricar: dictar una sentencia sesgada a sabiendas, faltar al deber y a la función, torcerse, desviarse.

Otro rey de Israel llamado Acaz se desvío de los mandamientos de Dios, al grado de prevaricar contra Él, no solo adoró otros Ídolos, también quemó incienso en lugares altos, e hizo abominaciones cómo las naciones que Dios había arrojado de la presencia de los hijos de Israel, cerró las puertas del templo y destruyó parte del mobiliario del templo. S pecado fue tan grande, que Dios lo entregó en mano de sus enemigos y a su ejército los tomaron como prisioneros. El castigo no solo afectó al rey sino también a gran parte del ejército. Con todo esto, el rey Acaz en vez de buscar el perdón de Dios, arrepentirse y volverse a Dios como lo habían hecho otros reyes; pensó que adorando a los ídolos de los Sirios, quienes los habían vencido, podría ser ayudado. Este acto no causó más que la ira de Dios contra Acaz.

Si bien, la Biblia nos dice que no hay hombre que no peque, pues todos somos pecadores. Sin embargo, hay una diferencia entre el pecador que se arrepiente y el pecador que añade más pecado a su vida como lo hizo Acaz.

¿Has pecado contra Dios? Cerciórate de arrepentirte, pedirle perdón a Dios y apartarte de tu pecado para que seas perdonado. Dios es fiel y justo y seguramente perdonará tu pecado aunque este haya sido grave, pues Él nos ama y no quiere la muerte del hombre, sino que se arrepienta.

"Porque si os volviereis a Jehová, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia delante de los que los tienen cautivos, y volverán a esta tierra; porque Jehová vuestro Dios es clemente y misericordioso, y no apartará de vosotros su rostro, si vosotros os volviereis a él" (2 Crónicas 30:9 RVR1960)

En el capítulo 29 encontrarás la historia del rey Ezequías, quien se dedicó a restablecer el servicio de la casa de Jehová, después de que el rey Acaz hubiera cerrado las puertas del templo para adorar a otros dioses ajenos.

El rey Ezequías, los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo prepararon todo rápidamente para abrir el templo nuevamente. Ezequías se alegró mucho al ver que el pueblo participaba, pues Dios había preparado sus corazones para ayudar.

Ezequías fue un rey que hizo lo recto ante los ojos de Dios, lo hizo de todo corazón y fue prosperado.