Matando la comparaciónMuestra

Hemos pasado los últimos días explorando los orígenes y las consecuencias de la comparación tóxica en nuestras vidas. Por hoy y mañana, deseo que enfoquemos nuestra atención en cómo tratar con el poder de la comparación, de forma tal que podamos eliminar la comparación tóxica de nuestras vidas.

Nuestro versículo clave es un llamado importante de atención, en S. Mateo 7:12 (Rvr1960) dice:

"Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas".

Cuando nuestra inseguridad se dispara, nos sentimos excluidos, ignorados, menospreciados y desanimados. Pero, ¿qué pasaría si desechamos esos sentimientos de nuestras mentes y nos comprometemos en asegurarnos de queotros no se sientan de ese modo debido a nuestras acciones? ¿Qué pasaría si hacemos un esfuerzo intencional para incluir, celebrar, animar y afirmar a otras personas cuando nos estamos sintiendo excluidos, ignorados, desanimados y no suficientemente buenos? Esto es a lo que el versículo nos está guiando a hacer porque eliminar la comparación requiere que seamos para los demás lo que deseamos que los demás sean con nosotros.

Caso puntual: Recibí un correo electrónico invitándome a un encuentro para "influencers"—personas quienes son consideradas líderes en el área o áreas en las que se desarrollan (negocios, medios, música, ministerios, etc.). Para mí, había sido un honor recibir la invitación, pero cuando revisé la lista de invitados... mi nombre no estaba allí. Inmediatamente sentí cómo mi inseguridad se disparaba. Sentí como si una estaca de emociones heladas atravesaba mi corazón mientras leía los nombres de personas que admiro, solo para darme cuenta que yo no estaba en la lista con ellos.

Pero, en vez de caer en el autodesprecio, este versículo comenzó a resonar en mi espíritu mientras escuchaba al Señor decirme: "Nona, quizás no estés en la lista, pero estabas en el corazón de los anfitriones". Revisé la lista otra vez y me di cuenta de que faltaba un número considerable de influencers, entonces llamé a los anfitriones y les pregunté si podía invitarlos; ellos me dijeron: "por supuesto". Contacté a las personas que faltaban y los invité para que ellos también pudieran disfrutar de la reunión. Sucedió que, al final, no pude asistir debido a un problema.

Dios usó esa situación para sanar mi corazón y ayudarme a experimentar la libertad de vivir más allá de la comparación tóxica. En vez de enfocarme en la lista de los excluidos, lograr que las personas fueran añadidas al notar quién más faltaba me empoderó, porque traté a los demás como yo quería ser tratada. Eliminar la comparación requiere que tratemos a las personas de la misma forma como nos gusta ser tratados.

Incluido. Valorado. Valioso.