Tu gran contraataqueMuestra

Tu gran estrategia

Así es como la Biblia relata la primera tentación de la historia: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió…” (Génesis 3:6).

Tras un diálogo con el enemigo (lo cual no es nunca una buena idea…), hay una progresión de elementos que tienen lugar en Eva, y que son un buen ejemplo de lo que suele ocurrir en nosotros cuando entramos en tentación:

• Vio: Puso sus ojos en el fruto que ella sabía que había sido prohibido por Dios. Ese fruto había estado antes ahí, y ella nunca le había prestado atención, pero tras su diálogo con el enemigo, puso sus ojos en él, y empezó a ver que era agradable y deseable.
• Tomó: Se acercó más a él, al punto de tener el fruto en sus manos. En ese momento, el fruto era el centro de todo para ella.
• Comió: Y… como no podía ser de otra manera en una progresión así, al final comió.

¿En qué momento cayó Eva? El principio de su caída tuvo lugar cuando puso sus ojos en la tentación. Cuando ella empezó a centrarse en ese fruto prohibido y empezó a analizar, a visualizar, a desear… todo se puso en marcha para que tomar y comer fueran la consecuencia casi inevitable de esa sucesión de elementos.

Recuerdo estar en esos momentos de tentación de los que te hablé, y luchar en mi mente por no caer en un pecado concreto. Oraba y me resistía, pero cuanto más trataba de luchar con ese pecado, más irresistible se volvía; hasta que al final parecía imposible no caer. ¡Me sentía tan miserable!

Gracias a Dios, un día entendí una parte de la solución: ¡tenía que apartar mi mirada de la tentación! Eso es lo que hice: la próxima vez que empecé a sentir la tentación, ignoré esos pensamientos por completo. Empecé a pensar en el Cielo, en los planes de Dios para mi vida, en las cosas que tenía que hacer ese día para el trabajo… ¿Sabes lo que pasó? Al cabo de unos instantes, la presión desapareció y no sentía ninguna necesidad de caer en ese pecado. ¡Era impresionante, había funcionado!

Querido/a amigo/a, ¡aparta la mirada! La tentación tiene poder sobre ti solo cuando pones tus ojos en ella. Mañana continuaré profundizando sobre este concepto, pero si hoy experimentas alguna tentación, puedes empezar a poner este consejo en práctica. Limpia tu mente, y céntrate en otras cosas. ¡Verás lo efectivo que es! ;)

Te llevo en mis oraciones y en mi corazón,

¡Eres tan precioso/a para Dios!

¡Eres un Milagro!

Christian Misch