La Biblia en un AñoEjemplo

Reflexión: LA JUSTICIA DE DIOS

"Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse. Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza..." (Isaías 56:1-2).

En medio de una sociedad donde el derecho se pervierte y la justicia escasea, existen personas que se excusan detrás de este argumento para hacer lo mismo. Así es como vemos sobresalir la injusticia.
La justicia no se imparte únicamente en un tribunal, la justicia se practica a diario haciendo lo correcto en cada situación que nos toca vivir. Cuando disciplinamos a un hijo que hace lo incorrecto, cuando mediamos frente a una situación conflictiva, cuando damos un vuelto de manera honesta, cuando presenciamos una situación injusta e intentamos revertirla... No alcanza con indignarse cuando vemos algo injusto; Dios nos exhorta, como hijos suyos, a marcar la diferencia haciendo lo bueno. Dios es Dios de justicia y Su promesa es que traerá recompensa para los que deciden obedecer voluntariamente Su Palabra.

Desafío: La Escritura llama “bienaventurado” a aquel que hace lo justo; por eso, revisa tu accionar en este tiempo, dejá que el Espíritu Santo en oración te marque si hay algo que debas modificar. No pienses solo en lo grande, empieza por las pequeñas cosas: una injusticia que permitas en tu hogar, una marcada diferencia que veas que se haga con alguna persona por su condición, una mentira que no haya salido a la luz. Toda injusticia deséchala. No seas cómplice de la injusticia, Dios te usará para marcar la diferencia.