La Biblia en un AñoEjemplo

Reflexión: BUSQUEMOS A LOS PERDIDOS

"Fui buscado por los que no preguntaban por mí; fui hallado por los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí" (Isaías 65:1).

Qué impactante es ver que el profeta Isaías, muchos años antes del nacimiento de Cristo, nos enseña cuál es el plan de Dios: darse a conocer a toda la humanidad, tanto a judíos como gentiles; a justos como a injustos. Por diferentes motivos a veces perdemos de vista Su propósito, y esto nos lleva a seleccionar a quién vamos a predicar la palabra, a quién vamos a dar a conocer el mensaje del Evangelio. Él quiere que todos lo conozcan, desea manifestarse a cada persona; y lo más maravilloso es que Él lo hará a través de nuestras vidas.

Es la historia de un Padre buscando a sus hijos amados que hoy están perdidos. Si observamos a lo largo de la historia bíblica, en muchas oportunidades vemos a ese Padre amoroso llamando al arrepentimiento a hombres y mujeres, que probablemente vos y yo hubiéramos desechado. Llama a Moisés luego de haber cometido un homicidio; llama a Saulo, quien consentía en perseguir a los hijos de Dios; a un Zaqueo, quien al cobrar impuestos robaba al pueblo... ¡Cuánto amor y cuánta misericordia derramada sobre todos sin distinción!

Desafío: Como siervos suyos, fuimos llamados a obrar de la misma manera. Desechemos todo prejuicio, todo enojo o toda contienda que no nos permita actuar como el Padre actúa. Mostremos Su amor para que aquellos que hoy no buscan al Padre, puedan conocerlo.