El amor de Dios permanece para siempreEjemplo

Dios y tu tatarabuelo

Al mirar a tu alrededor, ¿cuántas cosas puedes ver que ya existían cuando tu tatarabuelo estaba sobre la tierra? Mi tatarabuelo habría nacido hace 150 a 200 años y habría hecho algunos viajes alrededor del sol. ¿Mi computadora portátil existía a principios de 1800? Nop. ¿Mi escritorio? ¿Este libro? ¿La iglesia donde estoy escribiendo estas palabras? No, no y más no. La ciudad donde vivo (Appleton, Wisconsin) fue fundada en 1857, ¡así que ni siquiera eso existía!

Pero sí veo por mi ventana algo que mis antiguos antepasados vieron: el sol. Como pocas cosas en mi vida, el sol, la luna y las estrellas parecen permanecer para siempre.

Creo que por eso el autor del Salmo 136 escribe: "El Señor hace grandes maravillas. ¡Su misericordia permanece para siempre! El Señor creó los cielos con sabiduría. ¡Su misericordia permanece para siempre! El Señor extendió la tierra sobre las aguas. ¡Su misericordia permanece para siempre! El Señor formó las grandes estrellas. ¡Su misericordia permanece para siempre! El Señor hizo el sol para dominar en el día. ¡Su misericordia permanece para siempre! Y la luna y las estrellas para dominar en la noche. ¡Su misericordia permanece para siempre!" (versículos 4-9).

El autor señala la naturaleza como el ejemplo más cercano de cualquier cosa creada al amor de nuestro Creador. Así como el sol sigue apareciendo en días buenos y malos, con esperanza y sin esperanza, el amor de Dios también aparece. Ese hecho hizo que algunos de nuestros tatarabuelos fueran a la iglesia. Piénsalo un poco, y eso hará que tú también vayas a la iglesia.