Los siete roles del Espíritu SantoMuestra

El Espíritu Santo es nuestro unificador

El libro de los Hechos nos cuenta que después de que los primeros discípulos fueron bautizados en el Espíritu Santo: “se dedicaban continuamente a la enseñanza de los apóstoles y a la comunión, al partimiento del pan y a la oración” (Hechos 2:42, con un mayor énfasis). La palabra griega que se usaba para la comunión, Koinonia, aparece aquí por primera vez en la Biblia y después se usa 18 veces a lo largo del Nuevo Testamento.

Koinonia, que también puede ser traducido como compañerismo", una gracia sobrenatural que hace que los cristianos se amen profundamente. No era posible antes del Pentecostés, porque es una manifestación del Espíritu Santo que mora en nosotros. Tal como el poder del Espíritu que nos permite sanar al enfermo o hacer milagros, Su koinonia teje nuestros corazones y nos une.

Después del derramamiento del Espíritu Santo en Hechos 2, koinonia causó en los primeros discípulos que compartieran sus posesiones desinterasadamente (vv. 44–45) y compartieran las comidas a menudo (v. 46). Muchas personas decidieron convertirse en cristianos cuando presenciaron esta amorosa comunidad (v. 47).

Koinonia fue un ingrediente esencial en la iglesia del Nuevo Testamento. Es lo que conectó a Pablo, Timoteo, Lucas, Tito y a Priscila y Aquila como equipo. Es lo que mantuvo unidos a los primeros cristianos frente a la persecución y los hizo dar la vida unos por otros.

Debemos regresar a koinonia—y no puedes descargarlo o falsificarlo. Debemos desechar los programas artificiales inducidos por el mundo si queremos tener el cristianismo relacionado al del Libro de los Hechos. Y tenemos que invitar al Espíritu Santo a que haga Su obra de conectarnos con nuestros hermanos y hermanas en Cristo con Su vínculo sobrenatural.