Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Humilde De CorazónMuestra

Humilde De Corazón

DÍA 4 DE 5

"La Humildad Es Voluntaria"

Una de las principales enseñanzas que nos dio Jesús a través de la humildad, es que siendo Él mayor que nosotros, siendo Él poderoso y majestuoso, decidió voluntariamente servirnos, cuando por nuestra condición ni siquiera éramos dignos de ser mirados por Él.

La humildad es voluntaria, no es impuesta; la humildad se expresa en el amor que hemos reconocido por parte del Padre al haber sido favorecidos con la entrega y el sacrificio de Jesús. Por lo que con humildad, también debemos corresponder a través del servicio a otros desde la misma condición de entrega y sacrificio por amor a Dios y como respuesta en gratitud hacia Jesús, quien todo lo dio por nosotros.

La humildad se ejerce desde el acto voluntario al que nos lleva el Espíritu Santo a través del sometimiento y la obediencia que debemos ejercer; poniendo por encima de nuestros anhelos o deseos, la voluntad de Dios. Cuando lo comprendemos hacemos como Jesús, a quien por amor, sólo le importó hacer lo que Dios le pedía que hiciera.

Humildad es la elección de renunciar a nosotros mismos para poner al servicio de los demás todas las riquezas que recibimos por medio de Jesucristo; y de esta forma, testificar su gloria. Humildad para nosotros como hijos de Dios, es dejar de existir para que Cristo exista, se manifieste y se glorifique a través de nosotros.

Día 3Día 5

Acerca de este Plan

Humilde De Corazón

Lo que Jesús hizo cuando se despojó de su divinidad para hacerse hombre como nosotros, fue una clara manifestación de sometimiento ante la voluntad del Padre. No escatimó ser igual a Dios para sufrir como hombre la entrega inmerecida que padeció por nuestra desobediencia; Jesús, el único humilde de corazón, nuestro ejemplo para despojarnos de sí mismos y parecernos cada vez más a Él.

More

Nos gustaría agradecer a Marysela Ocampo O. por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/confiadosenJesucristo