7 Pasos Para Vivir en La Cuarta DimensionMuestra

Fe

La acción se determina por la convicción que tiene una persona, y esa acción determina el destino del individuo. Entonces, ¿cuál es la convicción que tenemos que tener nosotros como creyentes? Esa convicción es “fe”. La fe que consiste en creer que en Jesucristo obtuve el perdón de mis pecados, y que Dios está siempre conmigo para guiarme en la vida.

El primer paso consiste en descubrir la palabra rhema. Logos es la palabra ordinaria, pero para que esta palabra se vuelva especial y particular, tiene que escucharse como la voz de Dios. Esta clase de palabra que produce fe es rhema en griego. Es cuando al leer la Biblia, sentimos como un fuego indescriptible en nuestro interior, y produce fe. La Biblia no dice: “Según tu conocimiento será hecho”, sino que dice: “Según tu fe sea hecho” (Mateo 8:13). La obra de Dios se manifiesta a través del rhema que produce fe, y no a través del logos que proporciona conocimiento.

El segundo paso consiste en hacer uso del principio de la visualización. A través de este principio, podemos ver la sustancia de lo que esperamos. Génesis capítulo 13, versículos 14 y 15 comenta sobre cómo Dios usó el principio de visualización cuando quiso darle a Abraham la tierra de Canaán. Cuando su sobrino Lot se apartó de él, y Abraham estaba parado sobre una tierra árida y seca, Dios le dijo: “La tierra que ves, la daré a tí y a tu descendencia”. Note que Dios no dijo simplemente: “Visualiza”, sino dijo: “Levanta tu vista, y mira al norte, al sur, al occidente y al oriente”. Nada de la palabra de Dios es insignificante. Por tanto, el hecho de mirar hacia los cuatro puntos cardinales implicaba que Abraham debía contemplar y dibujar lo más específicamente posible, porque de esta manera, Dios iba a darle suficiente fe para poder conquistar esa tierra.

Así como en el maratón, la fe es una competencia en la que uno debe correr, tomando una decisión. No toda la vida resultará placentera, por más que en su juventud, le haya sonreído. La vida tiene abierta la posibilidad de revertir la situación. Aquellos que avanzan hacia una decisión de fe finalmente experimentan el milagro.

Por último, la fe tiene que ser acompañada por una confesión que dice: “Lo creo ahora”. Algunos cristianos tienden a pensar que la fe se relaciona con el futuro, y no con el presente. De manera que cuando afrontan situaciones de enfermedad, pobreza y desesperanza, no buscan la obra de Dios que los puede librarlos. Pero esto no es más que negar la obra de Dios en el presente. Si no creemos en que Dios obra en el presente, Dios no salva nuestro presente. La fe es el presente, el ahora. Hay que creer en el Dios que obra en el presente para que Dios camine junto a nosotros ahora.