¿Realmente Dios tiene un plan para mí?Muestra

Mis padres eran cristianos, y aunque yo no compartía sus convicciones, mi madre siempre me enviaba pensamientos y versículos bíblicos, esa noche no fue la excepción. Abrí el mensaje con la intención de responderle “amén” por compromiso. Pero las palabras de aquel texto hicieron palpitar con fuerza mi corazón: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros un futuro y una esperanza.” (Jeremías 29:11)

Inmediatamente sentí la necesidad de llamarla, aunque era casi la media noche. Después de algunos pitidos, escuché la voz de mi madre preocupada y somnolienta al otro lado del celular. Me preguntó si todo estaba bien, y como esa noche me había convertido en la más llorona del mundo, estallé en llanto. Le pregunté si realmente Dios tenía un plan para mí, si yo estaba en sus pensamientos, si la vida era más que esto, tan vacía, sin esperanza. En aquel momento mi madre oró conmigo, le pidió a Dios que me diera paz y que me mostrara su plan para mí, para que entendiera que soy amada, que mi vida tiene sentido.

Aquella noche mi vida empezó a tomar un rumbo diferente, por primera vez en mucho tiempo hablé con Dios otra vez. Me sentía tonta contándole lo que me pasaba, mis palabras eran torpes, sin sentido. Pero debo admitir que fue la oración más sincera que hice, por fin sentí una chispa dentro de mí, me sentí un poco viva.

Al día siguiente y el que le siguió a ese, y cada mañana leía ese versículo en voz alta, en sus diferentes versiones, “Dios tiene un plan para mí”, pensaba. Empecé a sentirme más alegre, oraba antes de salir de la casa, oraba antes de tomar hasta la más simple decisión, y antes de dormir empezaba a contarle mis cosas a Dios. Sin embargo, Jeremías 29:11 ya no me parecía suficiente, quería aprender más de Dios, quería escucharlo como lo había escuchado aquella triste noche. Le pedí a mi madre que me enviara algo más para leer, algún devocional, alguna charla. Ella me recomendó la aplicación de la Biblia para mi celular, estaba sorprendida de que siendo más vieja que yo, conociera mejor estos recursos. Allí encontré devocionales que me interesaban y cada semana fui leyendo y aprendiendo más de Dios, pero sorprendentemente, también aprendí más de mí.

Leslie Ramírez