Escuchando a Dios en tiempos de crisisMuestra

¿Cómo escuchar a Dios?

En un mundo con tantas cosas que compiten por nuestra atención y enfoque, el pueblo de Dios ha sido desafiado a darle prioridad a una voz por sobre todo lo demás: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” (Apocalipsis 3:22 RVR1960).

¿Cómo podemos discernir la voz de Dios y permitir que sea Él quien dé forma a nuestra visión en medio de las distracciones del mundo? Aquí hay cinco prácticas que encuentro útiles:

1. Lee. La manera principal en que Dios se comunica con nosotros es a través de la Biblia. Así es como me encontré por primera vez con Jesús. Desde entonces, la he leído prácticamente todos los días de mi vida. Aún sigo viendo y descubriendo cosas nuevas de manera constante. Para mí, es como alimento espiritual para cada día. No leas la Biblia simplemente por la información que contiene, sino para escuchar a Dios hablándote personalmente.
2. Escucha. Me encanta caminar. Personalmente, he encontrado que es la mejor forma de orar. Este ha sido mi patrón por los últimos años. Después de leer la Biblia cada día, salgo y camino en el parque. Anoto todo lo que siento que el Espíritu Santo me dice mientras oro. Puedes orar mientras caminas a la parada del autobús o al caminar de una actividad a la siguiente. Habla mientras caminas.
3. Piensa. Dios nos ha dado una mente, y a menudo Él nos guía a través de nuestra mente y nuestra razón. Él nos guía cuando pensamos en cómo enfrentar un problema, cuando estamos frente a una decisión muy grande o necesitamos dirección.
4. Habla. Habla con las personas que Dios ha puesto en tu vida. Un buen amigo no sólo dirá cosas amables: “Mejor es la reprensión manifiesta que el amor oculto.” (Proverbios 27:5 JBS). La verdadera amistad implica más que la aprobación incondicional de otros. Estoy tan agradecido con mis buenos amigos que me han confrontado con la verdad, la cual puede ser dolorosa de vez en cuando. Pero siempre lo hacen por amor y con gran sensibilidad y gracia. Dios nos habla a través de la comunidad de la Iglesia.
5. Observa. Dios tiene un propósito para tu vida. Él tiene el control del universo. Puede que no tengas siempre el consuelo de entender lo que Jesús está haciendo o por qué permite que la vida sea así, pero sí tienes la seguridad de saber que Él siempre tiene el control. Por lo tanto, cuando enfrentes una decisión, puedes decir: “Señor, esto está en tus manos. Confío en Tí.” Luego, confía en que Él actuará a tu favor.

Entonces, ¿Qué le está diciendo Dios a la Iglesia hoy?

Ahora mismo, estamos viviendo en la revolución digital, lo que facilita que todos escuchen el evangelio como nunca antes en la historia. Creo que es una gran oportunidad para que la Iglesia cumpla con el manifiesto de Jesús.

En Lucas 4:18-19, Jesús cita Isaías 61 y dice: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a predicar el año agradable del Señor”. Este es el manifiesto de Jesús, y esto es lo que nosotros como su Iglesia somos llamados a hacer.

En el manifiesto de Jesús, hay tres temas principales que pueden ayudarnos a re-imaginar nuestro mundo:

• La evangelización de las naciones
• La revitalización de la Iglesia
• La transformación de la sociedad

Cuando se trata de evangelizar, hablar a las personas acerca de Jesús es lo más amoroso que puedes hacer por ellos. El Espíritu del Señor nos invita a todos nosotros a anunciar al mundo estas buenas noticias.

La revitalización de la Iglesia también es de gran importancia. La Iglesia de Jesucristo es donde las personas encuentran el amor y la sanidad que necesitan tan desesperadamente. Por esto necesitamos iglesias llenas de vida en cada parte del mundo.

Por último, tenemos la transformación de la sociedad. El manifiesto de Jesús involucra proclamar y demostrar las buenas nuevas – cuidar a los pobres, sanar a los enfermos, defender a los oprimidos. Eso es parte de la comisión de la Iglesia, orar por los enfermos, defender a los oprimidos, creer que Dios obrará de manera sobrenatural en nuestro mundo. Todos estos temas son parte de la transformación de la sociedad.

Dios nos ha puesto aquí en este momento – para la evangelización, la revitalización y la transformación.