La hija influencer Muestra

Por lo general, la bendición baja de arriba hacia abajo, y no sube de abajo hacia arriba. Para la vida de los hijos, los padres son una tremenda bendición, pues representan autoridad, protección y amor; lo cual está muy ligada a la fe. Noemí no escapa a este contexto, pues quería serle de bendición para Rut, quien lo había dejado todo para radicarse en Belén. Me llama poderosamente la atención cuando Noemí le dijo a su nuera: “Hija mía, ¿no debiera yo buscarte un hogar seguro donde no te falte nada?” (Rut 3:1).

No obstante, quisiera enfocarme en esa parte en la que los hijos también pueden ser de bendición para los padres. ¡Claro que sí! Dice la Biblia que los hijos somos una herencia del Señor, y que los frutos del vientre son una recompensa (véase Salmo 127:3).

Rut no se quedó con los brazos cruzados, ni buscó el camino más fácil. En los caminos de Dios, no hay atajos. Apenas llegado a Belén, Rut podría no haber hecho nada, y excusarse diciendo:

“No sé hablar el idioma, no conozco a la gente de aquí, y es otra cultura”.

“Será mejor esperar que Noemí haga algo por mí”.

Pero no. Rut fue diligente y salió a recoger espigas en el campo, y esto le llamó la atención a Booz, quien luego se convirtió en su esposo para convertirse en la bisabuela del rey David. Rut le fue de bendición a Noemí, y le alegró su vejez dándole un nieto a quien lo quiso tanto que tomó al niño, lo puso en su regazo; y se encargó de criarlo (véase Rut 4:16). Mientras tanto, las mujeres cantaban: “¡Alabado sea el Señor, que no te ha dejado hoy sin un redentor! ¡Que llegue a tener renombre en Israel! Este niño renovará tu vida y te sustentará en la vejez, porque lo ha dado a luz tu nuera, que te ama y es para ti mejor que siete hijos” (Rut 4:14-15).

Definitivamente, la alegría de Noemí fue Rut, la mujer moabita; de tal manera que las mujeres cantaron que para Noemí, ¡Rut era mejor que siete hijos! ¡Mira cuánta bendición le podemos ser a nuestros padres! Hija influencer, sé diligente en las tareas que se te han asignado. Obedece a tus padres por más que sean pequeñeces. Alegra el corazón de tu padre y de tu madre. Si haces esto, hay recompensa por parte de Dios. Tienes mucho para dar a tus padres. Mientras los tengas en vida y cerca tuyo, no dejes de bendecirlos así como ellos han sido de bendición para tu vida.