Esperar en DiosMuestra
¿Hasta Cuándo?
Esta es una pregunta que solemos hacer cuando estamos impacientes y desesperados, para que llegue lo que se espera o se vaya lo que no queremos. Es una pregunta que encontramos en el libro de los salmos más de quince veces, sin contar las que están en los profetas y otros libros de la Biblia.
A veces, esa pregunta es hecha por los hombres, como cuando leemos en el salmo 13:1 la agobiante pregunta de David, “¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para
siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?” En otras ocasiones es Dios quien las hace, ejemplo de ello es cuando Dios le dice a Moisés, “¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?” Núm. 14:11 Dios pregunta, no porque no sepa, sino porque es inaudito que habiendo experimentado su grandeza y su poder, cuando fueron libertados de la esclavitud en Egipto, todavía haya incredulidad en sus corazones.
Pero el hasta cuándo del que quiero hablarles es del nuestro, del que nos ocupa en nuestro presente. Tenemos ante nosotros un tiempo de incertidumbre que ha invadido cada rincón de nuestra Tierra. La gran pregunta que sale de cada corazón con el anhelo de una pronta respuesta, es “¿hasta cuándo?”
Las respuestas que nos llegan de parte de los científicos, los médicos, los políticos, los adivinos, los que todo lo saben y lo que no se lo inventan, son como el arco iris, de muchos colores. Unos nos animan y otros nos desaniman, unos nos asustan y otros nos tranquilizan. ¿A quién escuchamos?
Dios conoce que el deseo de nuestro corazón es que la respuesta a ese ¿hasta cuándo? sea, ya mismo, pronto, dentro de poco. Él sabe, Él está en control, nada de lo que está sucediendo en el mundo, como el asunto de la pandemia, le ha tomado por sorpresa. Cuándo será el momento en que venga su sanidad sobre la Tierra, Dios lo sabe.
Entonces, creo que nos ayuda mucho descansar en que el Dios que está en control es nuestro Dios. Entre tanto nuestra pregunta es contestada seguimos con nuestros ojos puestos en Jesús. Sabemos que de Él viene nuestro socorro y nuestra ayuda, que podemos reposar confiadamente bajo la sombra de sus alas, en lo que duran los quebrantos.
“Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos.” Sal. 57:1 Hasta que pasen, hasta que lo que en este momento es una realidad innegable, pase a ser una historia del pasado. ¿Qué hacemos? Continuemos en nuestra dependencia de Aquél en quien podemos descansar y confiar, con la certeza de que somos cubiertos por su gracia y su misericordia.
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Escrituras
Acerca de este Plan
Tener la paciencia para esperar es una de las cosas más difíciles que enfrentamos en la vida. Queremos las cosas en nuestro tiempo y cuando entendemos que las debemos recibir. La impaciencia se apodera de nosotros cuando no ocurren las cosas como queremos y cuando queremos. En este plan reflexionaremos sobre el bien que nos hacemos a nosotros mismos cuando confiamos en la sabiduría de Dios y esperamos en Él.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://facebook.com/GrettchenStage