Ayuno Y Oración - ¿Por Qué Y Cómo?Muestra

¿Le Gustaría Ganar Tiempo?

Cuando parece que una situación no puede cambiar, parece que la oración es una pérdida de tiempo. Cuando mi día está ajetreado aún antes de que lo empiece, pasar el tiempo orando parecería ser una tarea más que tachar de mi lista de quehaceres. Sin embargo, estoy seguro de una cosa: la oración, lejos de hacernos perder el tiempo, ¡en realidad nos ayuda a ganarlo!

“Sin embargo, cuando Daniel oyó que se había firmado la ley, fue a su casa y se arrodilló como de costumbre en la habitación de la planta alta, con las ventanas abiertas que se orientaban hacia Jerusalén. Oraba tres veces al día, tal como siempre lo había hecho, dando gracias a su Dios” (ver la Biblia, Daniel 6:10).

Daniel tenía el hábito de la orar tres veces al día, y cada una de sus oraciones tenía un impacto, no sólo en su vida, sino también en su ciudad y su gente.

Me vienen a la mente varios ejemplos cuando la oración me ahorró mucho tiempo. Este es un ejemplo: un día, en el 2001, mientras oraba el Señor me inspiró con la idea de evangelizar a través del internet. El sitio se llama ConnaitreDieu.com (Conociendo a Dios) que hoy en día existe en más de 20 idiomas y ha ayudado a más de 15 millones de personas a descubrir y proclamar la fe en Jesús. Este concepto nació durante un tiempo de oración, e interesantemente, el día de su lanzamiento oficial, un grupo de norteamericanos estaba visitando nuestras oficinas. Ellos pidieron orar por nosotros, y es así como la oración osada de un hermano americano impulsó un simple sitio francés a un movimiento internacional llamado Jesus.net. Dicha oración nos ahorró años… ¡años luz!

Este es otro ejemplo: mientras estaba apartándome para orar, el Señor puso en mi corazón que orara por una persona que había conocido hacía 10 años atrás. Nada surgió de la reunión que habíamos tenido. Esta persona, Jean-Pierre Barry, junto con su esposa y unos amigos habían creado el grupo de servicios técnicos para medios, el más grande de Europa, Euro Media. En mi tiempo a solas con Dios, empecé a orar por él y su esposa, Chantal. ¿Qué fue lo que sucedió? Lo que no pude haber hecho 10 años atrás, el Señor lo hizo… ¡sin mí! Fue Jean-Pierre el que hizo todo lo posible por contactarse conmigo. Nos volvimos amigos y juntos creamos (con Chantal, mi esposa, Muriel, y otra pareja, Luc y Anne) un grupo cristiano llamado ZeWatchers, cuyo objetivo es compartir las Buenas Nuevas a través de los medios. ¡Una verdadera aceleración divina!

A primera vista, una simple oración no cambia muchas cosas. Nuestros problemas no son necesariamente resueltos en el momento en el que oramos, pero en el cielo, las manos de Dios empiezan a moverse para intervenir a nuestro favor. ¡No deje de orar! ¡Su milagro se está gestando!

Le invito a orar conmigo en este momento… “Señor, muchas veces, me has mostrado que una oración puede cambiar todo; sin embargo, yo todavía tiro la toalla cuando las cosas no salen como yo quisiera. Ayúdame a que la oración siempre sea mi primer recurso y que persevere sin mirar las imposibilidades…sino sólo a Ti. ¡Todas las cosas son posibles para ti! Gracias, Señor, por todo lo que vas a hacer en mi vida. En tu nombre, amén”.

¡Gracias por existir!