[Serie Conoce a Jesús] No Te Olvides De JesucristoMuestra

Como aprendimos ayer, Jesucristo es el tema central de la Biblia. Al leer la Palabra de Dios podemos observar cómo muchos sucesos y narraciones, tanto históricas, como proféticas y poéticas, a menudo conllevan una referencia directa o indirecta a él. Los llamados Padres de la Iglesia (Siglo II-VIII) veían en las Escrituras esta relación, nombrándola “el cordón de grana”, título que proviene de la historia de salvación de Rahab y su familia en Josué 2.

Así, en Éxodo 12, por ejemplo, que es el registro de la primera pascua, la sangre de los corderos con la cual fueron pintados los marcos de las puertas de los hogares judíos representa la sangre de Jesucristo derramada para salvarnos de la muerte.

En Levítico 14, el cordón escarlata era parte del ritual de purificación por medio del cual los leprosos eran purificados y restaurados a la comunidad, esto es un símil de como la sangre del Señor Jesús nos limpia de todo pecado para que podamos tener comunión con Dios y los unos con los otros (1 Jn. 1:7-9).

Sin lugar a dudas, Jesucristo es el centro de la Biblia y el centro de nuestra fe. Sin él no tendríamos acceso al Padre y sin su obra en la cruz no tendríamos la vida abundante y eterna que por gracia nos ha sido dada.

El deseo de Dios es que en nuestras vidas se despierte un hambre profunda por conocer más a Jesús, por saber quién es él en verdad. Para ello, necesitamos acercarnos a su Palabra con devoción y certeza de que él está aquí con nosotros para hablarnos y transformarnos conforme su imagen (Ro. 8:29).

Para Reflexionar:

¿Cómo crees que el reconocimiento de Jesucristo a lo largo de toda la Biblia puede cambiar tu manera de estudiarla e interpretarla?

Oración:

Señor Jesús, si bien tú eres el centro de la Biblia, debo confesar que en varias oportunidades te he desplazado a un plano secundario en mi vida. Quiero darte todo lo que soy y que me ayudes a redescubrirte al leer tu Palabra. Amén.