Bajo La Sombra De Tus AlasEjemplo

Me siento feliz de vivir en este tiempo de grandes adelantos en materia de tecnología, avances médicos, etc., pero también de grandes problemas y calamidades. El hecho de tener esta dualidad de vida me hace pensar en el ilimitado amor de Dios. Por un lado sabemos que nos ama, nos protege y nos guarda; pero por otro lado, el mundo que nos rodea está lleno de peligros. Y no es que desconfiemos del poder de Dios, pero es angustiante enterarse de que ya ni siquiera se puede abordar un transporte público sin el temor de sufrir un asalto o algo peor.

Y esta pandemia que tiene asolada a la humanidad siempre es motivo de preocupación; y que me dicen de los huracanes, inundaciones, caídas de cerros y las erupciones volcánicas. No hay duda de que estamos viviendo tiempos complicados.

Cuando pienso acerca de esto, me doy cuenta que el haber conocido a Cristo me ha ayudado a afrontar estas situaciones y muchas otras, confiando en su amor y el cuidado que tiene para la humanidad. Con ese conocimiento acerca de su amor decidí seguir a Cristo. Ha sido la mayor experiencia que he vivido. Te invito a que tú lo hagas también.

Su amor me llenó tanto que decidí servirlo con mi vida entera ya que sentí su llamado al pastorado y a predicar la palabra a mis hermanos y hermanas para que también puedan confiar en las promesas que nos ha hecho el Padre y que podemos encontrar en la biblia, pues Él ama a todas sus criaturas, tanto que envió a su Hijo para que estas pudieran experimentar su amor y se acercaran más a Él ya que Dios no quiere que nadie se pierda.

Entonces en este tiempo violento y difícil puedo decir que no hay que tener miedo ya que Dios tiene el control de todo y al contrario como hermanos y hermanas que amamos a Jesús podemos agradecer porque nos has acogido bajo la sombra de tus alas. Porque los avances en medicina y tecnología nos han permitido sobrevivir a esta situación, nos han permitido volver a encontrarnos en los templos y con nuestros seres amados, también a recordar a quienes han partido ya pero no con dolor sino con agradecimiento por sus vidas.

Jesús dijo a sus discípulos entre los cuales nos contamos: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” Juan 14: 3.

Quisiera decir hoy a las y los lectores de este devocional que donde yo estoy ahora, quiero que tú también estés. Cuidado y protegido bajo la sombra de las alas de mi Salvador.