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Falla de Comunicación #2: Superlativos y lenguaje duro

Hablar de superlativos o absolutos es una tremenda manera de irritar a tu cónyuge y coartar su habilidad para comunicarse bien contigo. Cosas como: “tú siempre”, o “ cada vez”. Este tipo de lenguaje no es efectivo.

Nadie hace algo “siempre” o “nunca”, con la excepción de Dios mismo. Dios es el único del que los superlativos son realmente ciertos: Dios es siempre justo. Dios es siempre amoroso. Dios nunca cambia. Dios siempre ha sido.

No podemos decir “siempre” o “nunca” refiriéndonos a otro ser humano ya que ninguno es como Dios.

Usar estas dramáticas y amplias declaraciones con tu cónyuge es dañino y le predispone a estar a la defensiva, lo que dificulta que te escuche y se comunique bien. Hoy, piensa si esto es un problema en tu matrimonio y cómo romper el ciclo si lo es.

Desafío: Conversen sobre los superlativos como fallo en su comunicación. Primero, arrepiéntanse y pídanse perdón si saben que esto ha sido un problema. Dile a tu cónyuge que lamentas haber usado este lenguaje y que quieres intentar dejar de hacerlo.

Ora pidiéndole ayuda a Dios para superar este fallo en tu comunicación.

PREGUNTAS DE APLICACIÓN:

1. ¿Cómo te lleva a adorar a Dios el saber que es el único del que podemos decir "siempre" y "nunca"?
2. ¿De qué otras maneras es Dios diferente a nosotros? Medita y adórale por estas increíbles verdades. ¡Él es bueno y digno de nuestra alabanza!
3. Pregúntate a ti mismo: ¿Es el uso de superlativos y lenguaje duro un problema para mí en mi matrimonio? Confiesa dónde has estado usando superlativos injustamente. Dense la oportunidad de confesar su propio error antes de señalarlo al otro.
4. ¿Qué ocurre cuando se utilizan superlativos en el matrimonio? ¿Cómo perjudica a la comunicación?
5. ¿Qué puedes hacer para superarlo?
6. La próxima vez que uno de ustedes utilice este lenguaje, ¿cómo pueden corregirse mutuamente con cariño y avanzar como equipo?