Jesús me ha dado un lugar especial para formar parte de Su cuerpo

Pasé mucho tiempo en el pasado comparándome con los demás. De hecho, a veces no intentaba hacer ciertas cosas por el miedo de que alguien más lo iba a hacer mejor que yo. Fue hasta que comprendí que en el reino de Dios, no estamos en competencia uno con el otro.

Realmente estamos todos en el mismo equipo. A veces no se siente así en las iglesias, porque muchos cristianos todavía no han aprendido esta enseñanza: “Mi valor ante los ojos de Dios no cambia por lo que está pasando con los demás”.

La Biblia explica este tema como un cuerpo físico. Cada parte del cuerpo es diferente; tiene diferente función y tiene dependencia en otras partes del mismo para sobrevivir. Si el corazón decidiera que es tan importante para el cuerpo que quisiera trabajar solo, no podría funcionar; el cerebro manda que siga bombeando sangre y las venas llevan la sangre a donde tiene que ir. Así es como todas las partes del cuerpo son interdependientes, y así somos los cristianos, dependientes de Cristo y después interdependientes uno del otro.

Yo soy cantante. Si otro cantante hace bien su trabajo, gana miles de almas para Cristo y gana todos los premios importantes, ¿esto cambia mi identidad como cantante? ¡Pues no! Dios me ha puesto donde estoy y ha puesto a otras personas en su lugar también. ¿No es capaz Dios de mover varias vidas al mismo tiempo?

La competencia y la envidia se tienen que quedar atrás si vamos a vivir como campeones. Dios nos ha puesto en el lugar donde nos va a usar. Nuestra identidad tiene que estar enfocada en lo que Él nos ha llamado y nombrado hacer. ¡No más atención al miedo! Si Dios puso el corazón en el cuerpo para latir, y le dio todo lo que necesitaba para ser exitoso, Él también nos ha diseñado con propósito con todo lo que necesitamos para cumplir Su voluntad.

Te invito a que escuches mi tema musical, "Campeón". Puedes hacerlo en este link: https://smarturl.it/aqCampeon ¡Deseo que sea de bendición para tu vida!