¿Por Qué No Te Entiendo?Muestra

¿Por qué no entiendo el dolor?

"Tengo un proyecto y no se me dio." "Un familiar enfermó gravemente." "Murió mi hijo." "Me estoy divorciando." Estas son algunas situaciones que duelen y derrumban a cualquier ser humano, pero hay una esperanza en medio del dolor: Jesús.

Él no prometió ausencia de problemas, pero sí nos dejó su paz. Jesús nos da una promesa alentadora de vivir una eternidad con Él, de ser salvados, de ser suyos, de ser sus amigos. Todo lo que Él trajo fueron buenas noticias para corazones perdidos, todo lo que Él trajo fue un poderoso Evangelio.

Cada lágrima por la situación que vives es importante y Dios escucha tu dolor, esa situación es una oportunidad para que “el Dios de toda consolación” forme su imagen en ti.

Hace poco viví una etapa fuerte en mi vida por la muerte de un ser querido, pasados los días, una persona muy especial, me preguntó: “¿Qué te consoló?”, sonreí con alivio y dije: “Jesús, lo que dijo, lo que prometió”.

El Salmo 22 empieza con una fuerte pregunta: “¿Por qué me has abandonado?”, pero noten que luego en el verso 3 dice: “Sin embargo, Tú eres santo”, me gusta la perspectiva y la claridad que tuvo David de quién es Dios; eso es clave en nuestra experiencia de dolor para mantener nuestra esperanza.

Un corazón expuesto

Dos cosas que se manifiestan en esos procesos dolorosos: tu corazón y tu amor.

Tu corazón: ¿Conoces el carácter de Dios? ¿Haces las preguntas correctas? ¿O te autocompadeces de lo que estás sintiendo?

Tu amor: ¿Amas a Dios? ¿Le crees? Aquí queda expuesto lo que realmente amas.

En medio de un problema tendemos a formular preguntas egoístas: "¿Por qué me pasa esto?" "¿Por qué Dios permite esto?" Esa es una actitud que apunta a ti mismo, pero puedes tener la seguridad de que Dios va a formar tu carácter en medio del dolor, su imagen en ti; ahí se glorificará.

Una manera de no responder con egoísmo es mirar el carácter Dios y no al problema. Si miras detenidamente lo que Él significa, entenderás el valor del consuelo, pero si miras con autocompasión al problema caerías en cuestionamientos.

No estás pasando por un mal momento porque Dios esté molesto contigo o porque te está juzgando por un pecado oculto (como le dijeron a Job), solo piensa en ¿Cuál será el propósito? ¿Qué puedo aprender de esto? ¿Qué me ha dicho en su Palabra?

Hay muchas situaciones que duelen, pero mientras más conoces el carácter de Dios, más madurez habrá al pasar por situaciones dolorosas o difíciles. Ahora tienes unos nuevos lentes para ver el panorama: Las Escrituras.

Con el lente de Dios mirarás un propósito, pero con la perspectiva del mundo mirarás tragedias.

Reflexionemos: ¿En qué buscas consuelo?, ¿Qué te trae paz cuando pasas por una pérdida familiar?, ¿Qué te ha dolido últimamente?