Soy Joven, Soy MamáMuestra

Uno de los procesos más retadores que atravesé en mi vida fue la imposibilidad de tener hijos. A los 15 años fui diagnosticada con el síndrome de ovarios poliquísticos, y aunque escuché esto, no sabía que más adelante significaría la batalla más dura por la que tuve que pasar.

Me casé a los 22 años con el hombre de mis sueños, felices de iniciar esta gran travesía llamada familia, tomamos la decisión de no utilizar ningún método de planificación porque deseábamos tener bebés de una vez.

Luego de otro proceso en nuestra relación, visitando médicos y realizando exámenes, nos topamos con la sorpresa de que yo ni siquiera ovulaba con frecuencia, y llegamos a escuchar la palabra mas fría de todas: “no podrán tener hijos”, “será casi imposible”. Pensábamos que el problema solo estaba en mi, para más adelante recibir la noticia de que también mi esposo tenía una condición que le impedía procrear.

A 7 años de matrimonio y preparándonos para una cirugía que le realizarían a mi esposo, Dios nos sorprende con la llegada de nuestro primer bebé, todo un milagro y sobre todo una gran sorpresa para ambos. Dios no quería intervención de nadie, quería lucirse como solo Él sabe hacerlo. Y para que no nos quedara duda de que Él hace la obra completa, año y medio después esperamos nuestro segundo hijo. ¿Puedes creerlo? Fuimos totalmente sanos.

Te cuento toda esta historia, porque vivimos en un mundo donde están intentando hacer sentir a la mujer, que los hijos son un peso, y nos venden la idea de que debemos primero “disfrutar la juventud” antes de convertirnos en madres.

Hablemos un poco de como combinar todos nuestros roles como mujer, adaptándolos a nuestro hermoso papel de dadoras de vida.

Para saber que ser joven y ser mamá, más allá de ser una carga, es un regalo del cielo.