Alcanzar La Mente De Cristo Muestra

De regreso a lo básico

Hoy en día existe una controversia en la iglesia sobre cómo son los cristianos justos. Algunos creyentes dicen una cosa mientras que otros dicen otra, pero debemos volver a lo básico para conocer la verdad de Dios.

En Filipenses 3, Pablo habla de la verdadera justicia y repasa cuatro puntos importantes para ayudarnos a volver a ella.  

Primero, descarta la circuncisión como fuente válida de confianza ante el Señor. Dice que debemos enfocarnos exclusivamente en Dios, adorarle no con nuestros esfuerzos sino con el Espíritu, regocijarnos en él y no confiar en nuestra carne. Lo que más importa es ser circuncidados en nuestros corazones, para eliminar cualquier cosa que pueda impedir nuestro enfoque en Dios y confiar en la obra completa de Jesús en la cruz.

En segundo lugar, en los versículos 4-6, Pablo explica que, si alguien tenía razones para confiar en su carne, él tenía más. ¿Por qué? Porque era irreprochable en cuanto a la ley. Era un fariseo, un hebreo de los hebreos. En la carne, lo tenía todo. Sin embargo, pronto llegó a saber que nada de eso importaba. Cuando el Señor es el centro de nuestras vidas, y nuestro enfoque está en Cristo y su obra, nuestros pies están firmes en la Roca que nunca será movida.

A continuación, Pablo dice que todo lo que él tenía terminó convirtiéndose en una desventaja porque se interpuso entre él y Cristo. Lo consideraba una basura porque no le permitía conocer a Cristo, su Señor. Ya no tenemos que preguntarnos a qué renunciar por Cristo. Debemos renunciar a todo porque no hay nada mejor que Jesús, y él es todo lo que necesitaremos. ¿A qué tenemos que renunciar para conocer a Jesús?

Finalmente, Pablo explica en los versículos 9-11 que como cristianos, necesitamos:

• Estar tan profundamente identificados con Cristo que cuando la gente nos vea, lo vean a él;

• Conocer a Cristo por completo (es decir, por experiencia, mental y físicamente);

• Conocer la comunión de sus sufrimientos; y

• Estar dispuestos a perderlo todo por el conocimiento de él. 

¡Es la verdadera justicia! 

Señor, por favor perdóname por tratar de alcanzar la justicia por mi cuenta y no ponerte a ti en el centro de mi vida. Por favor, ayúdame a conocerte más para que la gente pueda verte en mí.