El Buen Pastor, inspirado en el Salmo 23Muestra

Dios, nuestro protector

Andrew Morris

 “Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará”. Deuteronomio 31:6 (NVI)

 Cuando yo tenía 10 años, mi familia se mudó a un vecindario nuevo donde un vecino abusivo empezó a perseguir a mi hermano menor. Cuando mi hermano iba en su bicicleta por el vecindario, el instigador lo perseguía tratando de hacer que se cayera. Como nosotros éramos nuevos en el área, este vecino problemático ignoraba algo muy importante: nuestro hermano mayor sabía karate. Está bien, no es del todo cierto, pero nosotros veíamos bastantes películas de kung fu los sábados por la tarde, así que eso cuenta. Cuando mi hermano mayor descubrió lo que estaba pasando, pasó al modo de hermano mayor protector y rápidamente puso un alto al asedio del abusivo usando dichas habilidades de arte marcial.

Nunca olvidaré el momento en que mi hermano mayor se puso en acción sin dudar ni temer. Él estaba profundamente comprometido en proteger a nuestro hermano menor y en hacer justicia. El abusivo salió ligeramente avergonzado y con un ojo morado, y desde entonces, mi hermano menor pasea con su bicicleta con una nueva seguridad en sí mismo y se sentía protegido. Con el paso del tiempo, el problemático enderezó sus caminos y mis hermanos y yo nos hicimos buenos amigos de él.

Para los adultos, la vida es mucho más complicada. Enfrentamos diferentes tipos de gente problemática, y peleamos distintos tipos de batallas. Estamos frente a frente con un enemigo que lo único que quiere es infringir tanto dolor y sufrimiento como sea posible. Sin embargo, como seguidores de Cristo, podemos ir por la vida confiadamente y sintiéndonos seguros sabiendo que nuestro Protector es fiel y fuerte.

El salmo 121:5-8 (NLT) nos brinda esta motivación: “¡El Señor mismo te cuida! El Señor está a tu lado como tu sombra protectora. El sol no te hará daño durante el día, ni la luna durante la noche. El Señor te libra de todo mal y cuida tu vida. El Señor te protege al entrar y al salir, ahora y para siempre”.

Tú eres valioso para Dios, y Él protege a aquellos que Él considera valiosos. Eso no significa que no enfrentaremos desafíos ni sufriremos pérdidas, pero cuando nos pase, podremos confiar en que Dios está con nosotros y que con su consuelo, fortaleza y paz podemos seguir pedaleando hacia adelante.

El salmo 91:1-7 (NVI) es un gran recordatorio de esto: “El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: ‘Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío’. Solo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte! No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía. Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará”.

Más Adelante, en ese mismo salmo, el Señor dice: “Rescataré a los que me aman; protegeré a los que confían en mi nombre. Cuando me llamen, yo les responderé; estaré con ellos en medio de las dificultades. Los rescataré y los honraré”. (Salmo 91:14-15, NTV).  Cuando ponemos a Dios en primer lugar y vamos por el camino que Él coloca ante nosotros, andamos bajo su provisión, poder y protección.

Dios, nuestro Protector, no nos promete una vida sin dolor, pero sí promete que nunca nos dejará ni nos abandonará. Hoy, quiero animarte a creer la verdad de que Dios está contigo, que le importas profundamente y que desea el bien para ti.

ORACIÓN

Señor, gracias por tu amor y protección sobre mi vida. A medida que vaya de la mano contigo, permíteme andar confiadamente y protegido sabiendo que me amas y me guardas. Mientras reconozco tu nombre en todas las cosas, confío en que tú estarás conmigo en momentos de dificultad y me librarás de cualquier trampa contra mí. En el nombre de Jesús, amén.

PARA MEDITAR 

• Lee los versículos de la parte “para aprender más” y ora por un entendimiento más profundo del amor de Dios por ti. Cuando tenemos un mejor entendimiento de cómo nos valora como hijos suyos, crece nuestra confianza en su protección. 
• Pide al Señor que te muestre cómo vivir según el salmo 91:14-15. Cuando amamos al Señor y reconocemos su nombre, dice la Palabra que Él nos rescatará, protegerá y responderá cuando lo invoquemos. 
• Toma un momento para agradecer a Dios por su protección continua. No hay manera de saber cuántas veces, a lo largo de nuestra vida, Dios nos ha rescatado de situaciones peligrosas de las que nosotros no estábamos conscientes. 
• Recuérdate a ti mismo sobre la verdad de que Dios te ama, valora y cuida.

Espíritu Santo, ¿qué es lo que me estás diciendo hoy?

VERSÍCULO PARA MEMORIZAR

Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento. Salmo 23:4