El Buen Pastor, inspirado en el Salmo 23Muestra

Bendiciones abrumadoras

James Morris

Una cosa he pedido al Señor, y esa buscaré: que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y para meditar en Su templo. Salmo 27:4 (NBLA)

“Por favor, papá, ¿me compras esto? ¿Me compras esto?”, mi hijo preguntaba una y otra vez. “Si me lo compras, nunca voy a pedirte otra cosa”. Yo me aseguré de grabar en mi teléfono lo que él decía para tener una evidencia sólida en el futuro. Yo sabía que él me volvería a pedir algo, pero quería enseñarle cómo estar conforme con lo que tiene. 

¿Qué nos hace, incluso como adultos, desear tanto alguna cosa? ¿Se debe a que sentimos que lo que deseamos es, de alguna manera, mejor que lo que ya tenemos? En el Salmo 23, David nos da una perspectiva distinta. Él empieza el Salmo con: “El Señor es mi pastor, nada me faltará”. Y termina con: “En la casa del Señor moraré por largos días”.

No hay nada mejor que tener un Buen Pastor que nos invita a habitar en su casa para siempre. Todo lo que tenemos que hacer es poner nuestra confianza en Él. Quizá enfrentemos días difíciles en la tierra, pero nuestra alma es eterna. Cuando cambiamos nuestra perspectiva de lo terrenal a lo eterno, ¡podemos regocijarnos en la oportunidad de habitar en la casa del Señor para siempre, y siempre, y siempre! Eso sí es una bendición incomparable.

Durante años, mi familia tuvo crianza de ovejas, y yo era el pastor. Las ovejas llevaban una vida prácticamente sin estrés. Yo me aseguraba de que ellas tuvieran siempre suficiente comida y agua, y todo lo que tenían que hacer era evitar comerse las flores que mi esposa, Bridgette, había plantado. Yo me hacía cargo de cubrir todas sus necesidades.

De la misma manera, si llevamos una vida de obediencia al Señor, Él se ocupa de cubrir todas nuestras necesidades. Sin embargo, muchas veces, creemos que hay algo mejor de lo que ya hemos recibido. No obstante, la bendición máxima en la vida es tener una relación con Jesús, nuestro Pastor amoroso que nos cuida. La profunda verdad es que servimos al único Dios verdadero, y que nunca habrá nada ni nadie mejor que Él.

Cuando yo era niño, mi papá siempre me decía: “James, te amo con todo mi corazón, eternamente y para siempre, sin importar lo que pase”. Y hoy quiero recordarte que Dios te dice lo mismo a ti, ¡todos los días! Él te ama incondicionalmente y para siempre. Nada puede separarte del amor de Dios por ti (Romanos 8:38-39). Descansar en la permanente verdad de que nuestro Padre siente algo así por nosotros, es una bendición verdaderamente abrumadora. No hay bendición más relevante que saber que el Señor es nuestro Pastor, y que nosotros habitaremos en su casa para siempre. Y debido a esta verdad, no careceremos de nada. Nada se compara a estar con Él: ¡es la bendición máxima! 

ORACIÓN

Señor, gracias por ser mi Buen Pastor. Te pido que me lleves  y me guíes hacia todo lo que tienes reservado para mí. Ayúdame a escuchar tu voz y a obedecer tu voluntad. Gracias por darme el regalo de la eternidad contigo. Ayúdame a ver todas las formas en que me has provisto y en que has cuidado de mí. En el nombre de Jesús, amén.

PARA MEDITAR  

• Enumera algunas maneras en que Dios te ha bendecido, y luego, empieza a agradecerle por cada una de las bendiciones.  
• Pregunta a Dios de qué manera puedes extender las bendiciones que Él te ha dado a quienes te rodean.

Espíritu Santo, ¿qué es lo que me estás diciendo hoy?

VERSÍCULO PARA MEMORIZAR

Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Salmo 23:5