Somos completos en JesúsMuestra

Cristo nos dio la victoria

Nuestra constante batalla no es contra seres humanos, no es contra nuestros vecinos o contra quienes colaboramos. Nuestra verdadera batalla es espiritual. La buena noticia es que esta batalla espiritual ya fue ganada por Cristo para nuestro bien. No estamos solos. Dios va por delante en cada situación difícil de nuestra vida. No hay qué temer ya que el gran guerrero victorioso está con nosotros. Nos corresponde prepararnos cada día para que en esta batalla espiritual no caigamos en tentaciones, y en su lugar, seamos fortalecidos por el Espíritu Santo y por la Palabra de Dios. Mayor es el que está con nosotros que el que está en el mundo. Jesús nos ha hecho más que vencedores.

La victoria es nuestra por medio de Jesús. Dios nos prometió que no hay arma en el mundo que nos pueda afectar y que pueda prevalecer contra nosotros sus hijos. Somos invencibles no por nuestra propia fuerza sino por el empoderamiento del Espíritu de Dios que vive en nosotros. No hay palabra o mentira que se levante en nuestra contra que pueda permanecer. La injusticia, las falsas acusaciones y las mentiras no nos afectarán. La verdad que es la Palabra de Dios nos hará libres. Los hijos de Dios estamos protegidos por la mano divina del Creador y no hay ningún arma que se levante contra nosotros que pueda prevalecer. Dios da la victoria a quienes le servimos.

La primera iglesia recibió instrucciones de parte de Pablo de vencer el mal con el bien. En ese tiempo la iglesia era pequeña y estaba oprimida por los romanos. Vivían con temor ya que, además, eran perseguidos por creer en Jesús. Algo difícil de entender, en ese tiempo y hoy, sigue siendo difícil de procesar y de vivir. Nosotros, la iglesia de hoy, es decir, los hijos de Dios seguimos siendo instruidos a vivir bajo este estándar. No hay que permitir que nos venza el mal, mejor hagamos el bien y venceremos el mal. Las fórmulas de Dios al sentido común nos sacan de la lógica humana. Pero si hacemos el bien en nuestra vida cotidiana, vamos a poder vencer el mal. Nuestras vidas deben ser llenas de bondad y de cosas buenas. De seguro lo malo se apartará de nosotros y tendremos vidas que prosperan y agradan a Dios.

Oremos

Padre celestial te damos tantas gracias por Cristo. Él venció la muerte, venció el mal y nos dio la victoria. En la plenitud que tenemos en Cristo disfrutamos todas estas cosas y la victoria que Cristo ya nos dio. Señor danos sabiduría para vencer el mal con el bien.