La Ciencia De DiosMuestra

Nuevo descubrimiento 

En mis años de juventud y como estudiante universitario, me encontraba lleno de sueños e ideales, acerca de casi todo, familia, amistades, profesión, del futuro en general y también acerca de lo poco que sabía de aquello llamado fe y hasta tenía un cierto paradigma sobre aquellas personas que decían ser “Cristianos”.

Lo cierto es que tenía muchos planes lógicamente planeados y listos para ser ejecutados, basándome en mi escaso conocimiento hasta el momento y lo que estaba adquiriendo como estudiante, pero en ningún caso existía ni un mínimo interés por incluir a Dios en aquellos sueños.

Como estudiante de una carrera netamente lógica y de grado científica como lo es la ingeniería, donde todo se demuestra con cálculos matemáticos y se vive bajo la idea de que si algo no puede ser demostrado con números, entonces no existe, de que manera podría tener cabida la fe o la existencia de Dios en mi mente y corazón, siendo que verdaderamente no puede ser demostrado con formulas?

Realmente creo que Dios en su infinita inteligencia, tiene la capacidad de darse a conocer de la manera justa para captar la atención y sorprender a cualquier ser humano, según sea este y sin importar la complejidad de sus pensamientos.

Siempre ha existido la idea en el mundo de la fe, de que la ciencia se aparta o niega la existencia de Dios y en contraparte en el ambiente de intelectos brillantes, la fe es tomada con cierto pudor debido al desconocimiento de su origen y formas de ejecución. En realidad ambas, ciencia y fe, son las caras de la misma moneda que evidencian una creación fuera de serie.

Cuando mi lógica analítica e intelectual no bastó para encontrar una solución correcta a los problemas de la vida, fue cuando “perdido por perdido” decidí hablarle a la nada, mirando hacia arriba, a un ser que de existir, no conocía en absoluto y pidiendo tímidamente una prueba de su existencia. Diciendo algo como “Dios si en realidad existes, ayúdame”.

Lo que siguió después de esto, fue que vi como mis patrones de pensamientos, paradigmas y lógica pregonados hasta ese momento, se hacían pedazos ante lo ilógico de un ser divino y extremadamente capaz, el cual estaba demostrando con total veracidad y prueba indubitable, su existencia a través de algo llamado milagro que excede a toda ciencia humana conocida. Acababa de encontrarme con un nuevo tipo de conocimiento inexplicable para mi, la ciencia de Dios. Y esa es la chispa que enciende el fuego de la fe que arde en los corazones de aquellos que lo experimentan.

Después de esta experiencia que me dejo atónito y queriendo saber más de ese misterio maravilloso, tomé una Biblia y en su primera pagina leí,  “En el principio creo Dios los cielos y la tierra” (Genesis 1:1) Y todo comenzó a tener un verdadero sentido para mí.