Buscando refugio: El corazón de Dios para los refugiadosMuestra
“Una vez fueron extranjeros…”
Cuando el pueblo de Dios, los israelitas, estaban a punto de entrar a la Tierra Prometida después de años de deambular en el desierto, Dios repitió una advertencia que les había dado poco después de haber huido de Egipto una generación antes: una vez se establezcan en su nueva tierra, no deben olvidar su historia. Recuerden que ustedes (o sus ancestros) fueron extranjeros en Egipto, maltratados por Faraón, y que fue Mi gracia, no sus propios esfuerzos, la que los trajo de ese lugar de desesperanza a donde están ahora, a esta tierra donde “fluye leche y miel.” Porque si lo olvidan pueden tratar a los extranjeros que buscan refugio en su nueva tierra tan terriblemente como Faraón los trató a ustedes.
¿Cuántos de nosotros tenemos historias similares en nuestras familias? En los Estados Unidos, por ejemplo, casi todos pueden rastrear su linaje a un determinado punto, ya sea que sus ancestros llegaran en el Mayflower o un barco de esclavos, por la Isla Ellis al Puerto de Nueva York, por la frontera, o un aeropuerto. La mayoría de estadounidenses tiene al menos conocimiento básico de sus orígenes ancestrales, siguiendo con frecuencia con alguna tradición cultural o recetas familiares.
Sin embargo, con mucha frecuencia, nos hemos olvidados precisamente de la advertencia que Dios dijo a los israelitas no olvidar: los desafíos y maltratos que muchos nuevos inmigrantes enfrentan, tales como anuncios “Los irlandeses no deben aplicar” de a mediados del siglo 19. Muchos no saben de la violencia y discriminación legal contra los chinos inmigrantes que terminó con la Ley de Exclusión China de 1882, prohibiendo legalmente la inmigración china por más de medio siglo. Tendemos a olvidar el resentimiento enfrentado por los refugiados del Sur y Este de Europa y otros inmigrantes que llegaron por la Isla Ellis alrededor del siglo 20, o la incredulidad de Benjamín Franklin que los alemanes en la Pensilvania colonial alguna vez pudieron asimilar.
La lección de los israelitas es que recordemos nuestra historia, no para que tratemos a quienes vienen detrás nuestro tan mal como trataron a nuestros ancestros, sino para que lo hagamos bien y les respondamos con amor y recibamos como quisiéramos que nos recibieran.
Preguntas de reflexión:
1. ¿Hay refugiados o inmigrantes en la historia de tu familia? ¿Conoces lo que experimentaron como recién llegados?
2. ¿Cómo influye el recordar tu historia familiar en cómo respondes ahora a los recién llegados?
Acerca de este Plan
La Biblia habla reiteradamente del corazón de Dios para quienes son refugiados, personas que debido a persecución se han visto obligadas a huir de su país de origen y establecerse en uno nuevo. Este Plan de lectura está adaptado de Buscando refugio: En las orillas de los refugiados globales.
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