Vida EternaMuestra

En la tierra nueva, no habrá muerte ni dolor.

Cuando los primeros pueblos se rebelaron contra Dios, estos tuvieron consecuencias dramáticas. Tal y como el Señor lo advirtió de antemano, sus pecados les provocarían dolor y muerte. "La paga del pecado es la muerte" (Romanos 6:23). Desde entonces, el sufrimiento siempre ha estado presente en la vida humana. Parte de ello es causado por los mismos humanos, otros tipos de sufrimientos son el resultado de lo corrompido que es el mundo actual, y otros causados por nuestras malas decisiones en la vida. En síntesis, la vida a menudo tiene más espinas que rosas. Moisés incluso alegó: “Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo" (Salmos 90:10). Cuando Jesús pagó los pecados de toda la humanidad, también conquistó la muerte como consecuencia del pecado. Él concretó la promesa de Dios en Isaías 25:8, de que el Señor "destruirá a la muerte para siempre", y que "y enjugará toda lágrima de todos los rostros". Todos esos horribles efectos del pecado y la derrota - luto, llanto, dolor - no estarán más en Su gloria venidera. 

¡Qué gozo tan grande será el vivir así, junto a nuestros hermanos, por siempre y para siempre! ¡La vida eterna con Dios es correctamente llamada el "paraíso"!