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Todos los colores

Cuando miro una caja de lápices de colores, no sé ustedes, pero los ojos se me van hacia los colores vivos y alegres. No obstante, hay algunas áreas para las cuales necesito usar los que menos me gustan, pero los uso, porque para esas partes son los más adecuados. Cuando finalizo lo que estoy coloreando, y contemplo “mi obra maestra” todo luce como me gusta. Los colores que no me gustan tanto se han hecho parte del todo, creando una armonía hermosa que me hace sentir orgullosa del tiempo que he invertido en el dibujo que he coloreado.

¿No les parece que así ocurre en el lienzo de nuestras vidas? Están las cosas que nos encantan y disfrutamos muchísimo, las que quisiéramos que estuvieran presentes y nunca faltaran. Pero también están las que no son tan deseables, aquellas que de alguna u otra forma nos alteran el “confort” al que estamos acostumbrados. Así que habrá para nosotros pinceladas que iluminen nuestra existencia y otras que parezcan deslucir, o que ciertamente desluzcan el cuadro de nuestra vida. 

Lo que debe animarnos es la verdad gloriosa que nos ha sido revelada en Rom. 8:28,  “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Así que, siguiendo el ejemplo de lo que les he venido hablando, todas las cosas incluyen todos los colores, los que nos gustan y los que no nos gustan. El resultado es bueno, tanto los tiempos placenteros como los adversos obran de tal manera en nuestras vidas que finalmente todo nos ayuda para bien.

Reconozco que no es fácil y que hay momentos tan difíciles  y dolorosos que no podemos despachar fácilmente con una ilustración de lápices de colores. Tal vez nos ayude a procesar la realidad de que no siempre la vida nos ofrece cielos hermosamente azules y despejados. Ciertamente, habrá momentos de borrasca y hasta tormentosos, pero Dios nos da la bendición de saber que su plan para nosotros es perfecto. Su presencia, su compañía, sus fuerzas, e incluso su poder son garantía de triunfo y de victoria para nosotros. 

Jesús nos ha dicho que tendremos aflicción en el mundo, es decir no siempre los colores que se derramen sobre nuestras vidas serán los más hermosos. Pero sus palabras nos dan descanso y son refrigerio para nuestras almas. Saber que podemos confiar porque Él ha vencido al mundo y que todo va a obrar a nuestro favor, nos alienta para que sea que andemos por delicados pastos o que enfrentemos valles de dolor, sepamos que Él es nuestro pastor. 

Descansemos en sus brazos de amor y demos gracias por todo, porque esa es su voluntad. I Tes. 5:18