Vencimos el laberintoMuestra

"La calidez que emana tu corazón afirma que estoy de nuevo en mi hogar

Tu rescate ha sido temprano y me has prestado la victoria de esta batalla

pues no he vencido yo, has sido Tú, Dios, quien me ha guiado solo por amar

y juntos hemos vencido el laberinto, teniendo asegurada la medalla.”

Llegar al último verso es experimentar la completa satisfacción de una victoria que Dios nos ha anunciado desde el inicio.

La incógnita de por qué las victorias son “prestadas” se cierra al comprender que es Dios el que nunca ha perdido una batalla y es El quien las gana a través de nosotros, es por eso que la gloria y el honor le pertenecen exclusivamente a Él cuándo logras salir de todo eso que te ha estado incomodando, pero aun entendiendo esto sabemos que la Gracia de Dios es tan inmensa que nos ha alcanzado y aun sin merecerlo nos ha llamado a ser parte de su triunfo en nuestras luchas y llamarlo “nuestro triunfo”.

Si bien no debemos olvidar que la Gracia es algo que no merecemos, no dejemos que eso impida que este acto lleno amor inunde nuestro corazón, Dios sabrá guiarte como lo ha hecho hasta ahora, el te mostrara el camino indicado, te abrazara sin soltarte nunca más y de su mano TU Y EL se convertirán en unos completos vencedores.

No importa en que proceso te encuentres o la complejidad que estes atravesando en este instante, ¡ya eres libre! Es por esa razón que te invito a llevar a cabo un último desafío: Trae a memoria todas tus aflicciones y manifiesta sobre ellas con fe y confianza que Unidos han vencido el laberinto, finalmente podrás decir ¡Si, Vencimos el laberinto!

¡ Felicidades, has llegado al final de este devocional! Espero haya sido de mucha bendición. Si deseas leer el poema completo nuevamente, puedes encontrarlo en la página de @extranjeroblog y para consultas o si necesitas que ore por ti me puedes encontrar en Instagram como @nataliaehrler.