Una Perspectiva Bíblica Sobre El Trabajo Y El DescansoMuestra

¿Qué pasa si estoy siendo explotado o mi trabajo no es valorado?

No todos los trabajos tienen prestigio o son glamorosos. Algunos trabajos son mirados en menos o raramente considerados por otros. Es difícil cuando nos esforzamos y nunca nos dan crédito por ello; puede ser que incluso seamos despreciados por el trabajo “inferior” que hacemos. O si, por cualquier razón, no tenemos un trabajo que nos dé estatus, podríamos ser pasados por alto por las personas que nos rodean. 

José se encontró en esa situación. Fue vendido por sus propios hermanos, deportado a un país extraño y se convirtió en esclavo doméstico. Trabajó duro, pero fue falsamente acusado por la esposa de su dueño y terminó encarcelado. Parecía que había sido descartado y olvidado. Su arduo trabajo no fue apreciado en absoluto. Aun así, leemos que “el Señor estuvo con José y le mostró amor inquebrantable”. Muchos años después, cuando este esclavo despreciado había llegado a ser gobernador de toda la tierra de Egipto, él concluyó: “es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien” (Génesis 50:20, NVI). Sus difíciles circunstancias no significaban que Dios lo había abandonado. 

Otros puede que no observen nuestros esfuerzos, pero Dios sí. Él está con nosotros y nos muestra su inconmovible amor, aun cuando seamos despreciados o explotados.