[Grandes versos] Los diez mandamientos: Una expresión de la Palabra Muestra

Protección para el matrimonio

El sexo dentro del matrimonio es totalmente bueno. Es el don de Dios a cada pareja casada. Pero el sexo es poderoso. No es sólo la fusión de dos cuerpos, sino la fusión de dos almas. Cuando el sexo se trata de manera casual y promiscua, entonces se hace un gran daño. Se hiere a las personas. Los matrimonios están destrozados. Las familias son destruidas.

Nuestra cultura puede minimizar el adulterio y Hollywood puede incluso glamurizarlo, pero en el fondo cada persona sabe instintivamente que el adulterio está mal. Es una terrible traición al amor, al compromiso y a la lealtad del matrimonio. Así que Dios nos da el séptimo mandamiento para nuestro bien. Él nos da el mandamiento de nuestra protección, de protegernos del dolor, el dolor y la destrucción del adulterio.

En el Sermón del Monte, Jesús cita este mandamiento y da el verdadero espíritu de ese mandamiento: «Oíste que fue dicho: no cometerás adulterio. Pero yo les digo que todos los que miran a una mujer con intenciones lujuriosas ya cometieron adulterio con ella en su corazón». Jesús nos está enseñando que el séptimo mandamiento incluye no solo adulterio físico, sino también adulterio del corazón. No mires a otras personas como objetos a usar, sino como personas a quienes amar.

Esto no significa que esté mal notar miembros atractivos del sexo opuesto. Eso no es lujuria, sino la respuesta normal de un ser humano. La lujuria viene cuando vamos más allá de eso y empezamos a fantasear con tener sexo. Entonces se convierte en una violación del séptimo mandamiento.

Una cuestión más: ¿Cómo podemos evitar el adulterio y permanecer fieles a Dios y, si estamos casados, permanecer fieles a nuestro cónyuge? Tres breves sugerencias:

Primero, da prioridad constante a tu matrimonio. Trabaja en tu matrimonio y nunca lo des por sentado.

Segundo, vigila tus amistades con el sexo opuesto. No seas imprudente. Decide de antemano sobre los límites y directrices apropiados.

Tercero, mantente cerca de Jesús. Enamórate de Jesús. Encuentra toda tu satisfacción en el único que puede llenar el corazón humano.