Cómo deben lidiar los cristianos con la depresión Muestra

La Palabra de Dios vence la depresión

Uno de los aspectos peligrosos de la depresión es que nos hace enfocarnos hacia adentro. Cuando nos desanimamos, nos centramos en nosotros mismos, nuestras circunstancias desafortunadas y nuestros sentimientos negativos. Esto solo empeora nuestras luchas emocionales. Las Escrituras nos dicen que, como creyentes, corramos esta carrera fijando nuestros ojos en Jesús, quien es el autor y consumador de nuestra fe. Esto significa que necesitamos apartar la vista de nosotros mismos y enfocarnos en Dios, y en las verdades que se encuentran en su Palabra, incluso cuando nuestras circunstancias no se alinean con estas verdades.

Las Escrituras tienen muchos ejemplos de cómo debemos enfocarnos en la Palabra de Dios cuando estamos desanimados. El Libro de los Salmos describe honestamente la depresión que los hijos de Dios pueden experimentar. También nos muestra cómo superar tales luchas emocionales, a través de la predicación de las verdades que se encuentran en la Palabra de Dios para nosotros mismos. Muchos salmos registran al rey David, así como a otros salmistas que hablan con su propia alma. Ellos dijeron: «Alma mía, ¿por qué estás desanimada? ¿Por qué estás abatida? Pon tu esperanza en Dios». También les dijeron a sus almas que recordaran los tiempos en que el Señor los salvó en el pasado, que recordaran la bondad de Dios que habían experimentado, y que esperaran en el Señor en sus circunstancias actuales. Los salmistas terminaron estas conversaciones con acción de gracias, diciendo: «Todavía alabaré a Dios, porque él es mi Salvador». Como cristianos, podemos seguir ese ejemplo de predicarnos la Palabra de Dios a nosotros mismos.

El Nuevo Testamento también nos dice que tomemos nuestra ansiedad y la arrojemos sobre el Señor porque él se preocupa por nosotros. Esta Escritura literalmente nos instruye a dejar nuestros pensamientos de ansiedad en Jesús: son demasiado peligrosos para que nosotros los llevemos solos dentro de nuestras almas. Otra Escritura dice que no hay que estar ansiosos por nada, sino llevar nuestras preocupaciones a Dios en oración, y con acción de gracias intercambiar nuestras preocupaciones por su paz. Entonces, somos capaces de tener pensamientos verdaderos, puros y dignos de alabanza que encontramos en su Palabra.

La Biblia está llena de ejemplos que muestran a los creyentes cómo manejar las emociones y pensamientos de desaliento. Primero, necesitamos confesar nuestros pensamientos ansiosos a Dios. Entonces, necesitamos recibir las verdades que se encuentran en su Palabra sobre nuestra situación. Como resultado, nuestros corazones estarán llenos de paz que sobrepasa todo entendimiento humano.