El Valor De Lo PocoMuestra

En sus manos

Uno de los beneficios que he recibido durante el distanciamiento social que a nivel mundial estamos viviendo, es que he tenido tiempo para aprender a tejer. Como todo principiante cometo errores, doy puntadas donde no van o me equivoco al seguir las instrucciones. Cuando eso ocurre tengo que desbaratar lo que he hecho, corregir y empezar de nuevo. No es muy placentero, pero si quiero hacerlo bien tengo que volver a empezar.

Esto me recuerda la visita que, por mandato divino, hizo el profeta Jeremías a la casa del alfarero. Allí él observó como una vasija de barro era trabajada sobre la rueda por las manos del alfarero. El profeta describió la escena diciendo: “Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en sus manos; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.” Jer.18:4 Mientras Jeremías observaba la escena vino palabra de Jehová a él diciéndole que como el barro en las manos del alfarero, así eran ellos en sus manos. 

No son sólo cosas materiales las que Dios toma en sus manos para bendecir o multiplicar. Nuestra vida está también en las manos de Dios como lo está la vasija en las manos de un alfarero. Esta verdad revelada al profeta encierra también una gran verdad para los que estamos en Cristo, porque también  nuestras vidas están en las manos del Gran Alfarero. Tener este conocimiento provoca un gran alivio en nosotros. Podemos confiar en su amor  y en su sabia intervención divina para ordenar nuestros caminos. 

Es cierto que somos sus hijos pero no es menos cierto que seguimos siendo humanos. Por tanto, cometemos errores, tomamos decisiones erradas, hacemos cosas que le desagradan, descuidamos nuestra comunión con Él, etc, etc.

Dios sabe, Él nos conoce y con toda su infinita paciencia va moldeando nuestras vidas, quitando barro de aquí, añadiendo barro acá, y ordenando lo que es necesario para hacer de nosotros una vasija que le honre y le agrade. Cuando nuestros caminos no están cónsonos con la voluntad de Dios, Él con su amorosa paciencia los endereza. 

Nuestra parte es confiar. “Fíate de Jehová de todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos y Él enderezará tus veredas.” Prov. 3:5-6 

Cuando divagamos en pos de pensamientos que se agolpan en nuestra mente, causando desasosiego y preocupación, la mano del Alfarero interviene y ordena nuestros pensamientos. Él nos recuerda que sus pensamientos son de paz para nosotros. Es necesario que encomendemos a Jehová nuestras vidas, que anhelemos hacer su voluntad y, como dice su Palabra: “Nuestros pensamientos serán ordenados.” Prov. 16:3 

¡Qué maravilloso es descansar en la buena voluntad de Dios para nosotros! ¡Qué bueno es saber que el buen Alfarero está continuamente moldeando nuestras vidas! Estamos en un proceso continuo de transformación. Dios sabe la vasija que quiere hacer de nosotros. 

Él seguirá vistiéndonos de Cristo, nos irá formando conforme a la imagen de su Hijo. Seguirá trabajando en nuestros corazones, irá puliendo nuestra fe, y de día en día, sus sabias manos nos darán la forma que Él en su soberanía ha decidido darnos. Confiemos, y con humilde corazón aceptemos y amemos su obra transformadora. A pesar de nuestra fragilidad, de que somos barro, Dios ha querido hacernos vasijas de honra para su gloria. Él hace de lo poco algo valioso, incluyendo nuestras vidas.

“Hasta que Cristo sea formado en nosotros.” Gál. 4:19

Agradecimiento especial al pastor Jonathan E. Riddering por su colaboración en el diseño gráfico.

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