PazMuestra

El Salmo 55:22 dice: Echa sobre Jehová tu carga, y Él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo. ¿Qué más consejos divinos requerimos para dejar de sufrir, de angustiarnos, etc? El estar llenos de emociones encontradas, confundidos, desesperados, no es sino la tácita evidencia de que nuestra confianza en Dios no es firme, de que dependemos más de otras personas, de circunstancias “a nuestro favor” o de ayudas externas a nuestra vida espiritual. Hoy Dios te dice que en Él y sólo en Él se halla la verdadera Paz, el descanso que requerimos para escuchar Su voz y movernos por la vida conforme a Su voluntad, aceptándola aún cuando pueda resultar en algo que nos introduzca en pruebas o desiertos; aún ahí nuestra paz va depender exclusivamente de lo que el poder de Dios genera en nuestro espíritu. 

Cuando Jesús nos dice: "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo."

Debemos de comprender que la paz de Dios no es la que “da” el mundo, la de Él es segura, firme, eterna, y eficaz, el mundo simplemente fallará al darnos la paz a través de consuelos terrenales, vicios, deslumbramientos, posiciones, etc. Porque aún con toda esta aparente ayuda terrenal, nuestro corazón se turbará y volveremos a temer, a angustiarnos. 

La segunda parte del versículo de Juan 14:27 no nos da una sugerencia, sino una mandato NO SE TURBE VUESTRO CORAZÓN, NI TENGAN MIEDO. La Paz del Señor ya nos ha sido entregada, dejemos de guardarla en el bolsillo de nuestra “abrigo espiritual”, la tenemos para hacer uso de ella, para vivir conforme el Señor ha predestinado, siendo llenos de paz y valientes ante cualquier reto que la vida nos ponga enfrente. Finalmente, ¿Qué tenemos que perder? ¡Nada! SOMOS MÁS QUE VENCEDORES POR MEDIO DE AQUEL QUE NOS AMÓ.