Oliendo Como JesúsMuestra

Después de que Noé bajara del arca con su familia, construyó un altar para Dios y ofreció animales “puros”. Vemos por primera vez en la Biblia el uso del olfato, y no era del hombre sino de Dios. La Biblia dice que cuando Dios percibió el grato aroma del holocausto se dijo a sí mismo que nunca más volvería a maldecir la tierra de esa manera. ¡Esto es increíble! Fíjense lo que provoca en Dios un aroma agradable en nuestras vidas. En el día uno de este plan vimos que era necesario que se moliera parte de la mezcla aromática hasta hacerla polvo, y luego colocarla frente al arca del pacto donde Dios se reuniría con Moisés. Cuantas veces en nuestras vidas fuimos molidos por problemas, enfermedades, deudas, tentaciones o situaciones difíciles, y la mayoría de las veces creemos que esto fue algo negativo en nosotros, que perdimos el tiempo, que no sacamos nada bueno. Pero son esos momentos más bajos de nuestras vidas los que sacan los aromas más puros de nuestros corazones, son esos procesos los que sacan las oraciones más sinceras y puras de nuestro ser. Si hay algo que estremece el corazón de Dios es ver a sus hijos sufrir, lamentar, o doler. Dios nunca es indiferente a nuestro dolor, todo lo contrario, Dios conoce tu dolor, lo entiende, y a través de Cristo, lo sufre contigo. El aroma más agradable para Dios no es una vida perfecta y sin mancha, sino un corazón roto y quebrantado. Así como vemos en la historia de la mujer del frasco del perfume, lo que todos creían que era una locura, para Jesús era una hermosura. Te animo a que hoy rompas el frasco de tu corazón y lo entregues todo a los pies de Jesús.