¿A quién debemos perdonar?

Vamos a incluir en este punto a tres tipos de personas: El que reconoce sus errores, el que no reconoce sus errores y el que te quiere seguir haciendo daño. Si quieres ver la liberación en tu vida, es momento de dejar atrás lo que pasó porque Dios te va a llevar a una nueva tierra de bendición. Por lo tanto, perdona mientras estás orando, perdona tanto al que pide perdón como aquel que nunca te va a pedir perdón. 

Si leemos la parábola de los dos deudores en Mateo 18, leemos como el siervo al que mucho se le perdonó, al salir de la presencia de su señor, se encontró con otro siervo que le debía muy poco y no lo quiso perdonar, sino que lo metió a la cárcel hasta que le pagara todo lo que le debía. Luego, el señor al enterarse de lo sucedido, lo entregó a los verdugos.

Estos verdugos son un tipo de demonios y, al igual que en esta parábola, con mucha frecuencia salimos de la presencia de Dios, sintiéndonos perdonados y felices, pero al salir, nos encontramos con nuestros hermanos que nos han ofendido y somos incapaces de extender misericordia y perdón, nos sentimos que tenemos el derecho legal de cobrar esa deuda, aunque Cristo pagó por nosotros.

Es importante que entiendas que el perdón no es la respuesta que tú le das a tu ofensor, sino la respuesta que le das a Dios, debes perdonar como Él te perdonó. Todos somos como ese siervo que no merecíamos perdón, pero, aun así, alcanzamos misericordia. ¡El perdón es nuestra respuesta a Dios!

Video - Perdona a todos