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Los pastores creyeron

Qué ejemplo son los pastores para nosotros. Se maravillaron con las buenas nuevas del nacimiento de El Salvador, Jesucristo. Sin embargo, su maravilla, muy parecida a la de los reyes magos, motivó a los pastores a la acción. Lucas dice que hablaron entre ellos, porque debían ir a Belén para ver todo lo que se les había dicho. Iban a confirmar las palabras del ángel.

¿Puedes verlo? Después de que el cielo se encendió con el canto de los ángeles, los pastores se miraron y luego se lanzaron tan rápido como les fue posible. Las Escrituras dicen que llegaron apresuradamente, lo cual es una buena manera de decir que corrieron tan rápido como sus pies podían llevarlos a la ciudad. No corrieron porque no creían, sino que lo hicieron como el viento porque creyeron. ¿Cómo sabemos esto? Lucas dice que hablaron entre sí diciendo que querían ver lo que sucedió, y que el Señor les había dado a conocer.

Al igual que María, José, Simeón y los magos antes de ellos, los pastores sabían que esto era de Dios. Y porque creían en la Palabra de Dios, querían verla con sus propios ojos. En contraste, observa quién no corrió para confirmar la verdad de la palabra de Dios, Herodes y sus asesores, que eran la clase dominante y que no habrían permitido que los pastores humildes ingresaran al palacio.

Cuando llegaron los pastores, lo encontraron tal como el ángel anunció. De nuevo, ¿puedes verlo? Estos pastores apestosos, malolientes, sucios y marginados vienen corriendo a la ciudad levantando una nube de polvo y deteniéndose en seco cuando ven a María y José, dos personas sencillas, con el bebé descansando en un abrevadero. ¡Qué increíble vista dada a estos primeros testigos!

¿Corremos hacia Jesús? ¿Deseamos verlo, estar con Él? Muchas veces podemos ser apestosos y malolientes, y sentirnos como marginados, pero los pastores pueden ser un maravilloso ejemplo para nosotros. Ellos creyeron lo que Dios dijo y corrieron a Jesús. ¿Por qué? Porque Él es el Salvador, que es Cristo el Señor. Esas son buenas noticias de gran alegría para todas las personas, incluso nosotros.