Orando fervientemente.Muestra

¿Cómo pedimos?

  Un punto clave en la oración ferviente es el cómo pedimos; muchos se cuestionan si están orando mal, si su oración debe llevar una estructura o si debemos repetirla, esto hace que la persona tenga confusión y dudas en su interior y se limite en el momento de presentarse delante de Dios.

  Recordemos que la Palabra nos dice en Jeremías 33:3 “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” Este clamor que nos habla la Palabra lo podemos ver en ejemplos bíblicos; por eso es necesario escudriñar la Escritura, sólo así vamos a lograr comprender lo que nos dice el Padre; un ejemplo de una persona clamando lo vemos en 2 Reyes 20; allí se nos relata que el Rey Ezequías enfermó de muerte y el profeta Isaías se lo hizo saber; nos dice en 2 Reyes 20:2-3 “2 Cuando Ezequías oyó el mensaje, volvió su rostro hacia la pared y oró al Señor: 3 «Acuérdate, oh Señor, que siempre te he sido fiel y te he servido con singular determinación, haciendo siempre lo que te agrada»; y el rey se echó a llorar amargamente.” 

  Luego de que el Rey abriera su corazón delante de Jehová, Dios escuchó el clamor y le dio quince años más de vida, esa respuesta fue inmediata; dice la Escritura que el profeta se devolvió y dio la respuesta al Rey; ahora bien, analicemos la oración:

  1-Estaba pasando momentos de dolor: esto hace que las personas abramos nuestro corazón, no hay nada que podamos hacer contra la muerte o contra ciertas circunstancias de la vida.

2-Reconoció que solo Dios le podía librar: por eso volvió su rostro hacia Dios y buscó su presencia.

3-Lloró en la presencia de Dios: muchos olvidan que Dios conoce todas las cosas, solo debemos ser humildes y buscar su presencia, no es un Dios despistado que no sabe lo que nos pasa; solo debemos ser concisos en nuestra oración y Él sabrá el porqué de cada lágrima derramada delante de su presencia.

  Hay más puntos que es necesario ver, te insto a que mañana veamos otro ejemplo bíblico de una oración con clamor y poder; oremos: Padre, en el Nombre de Jesucristo nos rendimos delante de tu presencia reconociendo su señorío y poder; sabemos que eres Rey de reyes, Señor de señores; que hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que en ellos existe; en este día te damos las gracias porque siempre escuchas al justo, tu Palabra nos dice que el justo por su fe vivirá; ayúdanos a vivir en justicia cada día, que nuestra fe crezca siempre y así podamos ver tu mano poderosa operando en todas las áreas de nuestra vida; amén.