Lo Que Dios Quiere De TiMuestra

Dios quiere que desarrolles todo tu potencial.

En los últimos años, he notado un auge mayor de la llamada “psicología positiva” en los diferentes medios de comunicación, en donde sus términos favoritos a utilizar son resiliencia, fuerza interior, empoderamiento, reposicionamiento, etc., etc.; y aunque sí tiene sus ventajas y muy buenas intenciones, no es menos cierto que esta clase de ideales o “psicologías” nos pueden llevar fácilmente a creernos autosuficientes, capaces de sobrevivir y vencer cualquier cosa que se nos presente por nuestra propia cuenta, ya que todos los recursos que necesitamos salen de lo más profundo de nuestro ser. Y pues, de esto no se trata desarrollar todo el potencial que tenemos, y que ni siquiera nos pertenece (Deuteronomio 8: 18).

No obstante, cuando estudiamos las escrituras, y con la ayuda del Espíritu Santo quien nos guía a toda verdad (Juan 16: 13a), si así se lo permitimos, descubrimos y entendemos nuestra insignificancia, vulnerabilidad, y efimeridad, pero, sobre todo, entendemos y descubrimos el poderío, trascendencia, y permanencia del Gran Yo Soy. Y he aquí, te comparto una realidad que me ha confrontado mucho, y personalmente me cuesta aun todavía entender a plenitud: Nunca seré suficiente; sí, así como lo lees, nunca seremos suficientes, y no nos corresponde serlo. Porque nunca se ha tratado de nosotros, sino de Él, de lo que es, de lo que ya ha hecho por nosotros, y de lo que puede hacer a través de nosotros.

¿Hacia dónde voy con esto? Bueno, para lograr desarrollar todo el potencial que Dios ha puesto en nosotros según lo que ya ha predestinado para que andemos (Efesios 2: 10), necesitamos conocer y entender primero quién es Dios, quiénes somos nosotros en, para, y sin Él; Es decir, su realidad vs nuestra realidad, con y sin Él. Y es que, lo que, si está muy en el interior de nuestra alma, es esa dependencia total que tenemos de Dios, es parte del diseño del hombre. 

Somos completamente capaces de desarrollar el potencial que Él nos ha prestado, cuando lo rendimos completa y exclusivamente a su servicio, cuando morimos a nosotros mismos para que Cristo viva en nosotros, cuando vivimos en la plenitud del Espíritu Santo. Si bien es cierto, hay una parte importante que debemos poner, y que Dios no hará por nosotros: ser obedientes a sus palabras, esforzados, disciplinados, intencionales, persistentes, valientes, seguros (Josué 1: 8). 

Dios a través de Pablo lo ha dicho “Su poder se perfecciona en nuestras debilidades” (2 Corintios 12: 9 – 10), pero necesitamos tener la humildad de reconocer nuestra fragilidad, que solo Él es suficiente, y tiene la potestad de sacar, crecer, fortalecer, optimizar, y multiplicar, en nosotros a través de una relación de amistad íntima y fuerte con el Espíritu Santo, no solo los talentos y dones específicos que nos otorgue, sino también esa imagen y semejanza de Él con la que fuimos creados. 

Un abrazo fuerte ¡Dios te bendiga más!...

Génesis B. DrozS