Las Aves

Saben dónde anidarse…

Para los creyentes que viven como las aves es inconcebible mantenerse lejos del Señor. Éstos no están esperando una crisis, una enfermedad, un mal momento, para abrirle la puerta y dejar que les visite. Ellos mantienen una constante relación con el Señor porque buscan siempre estar cerca de él por lo cual buscan su reposo en Su casa.

Las ordenanzas de Dios son el descanso del creyente en este mundo vil; él disfruta en ellas la presencia del Dios vivo: esto le hace lamentar el estar ausente de ellas. Son para su alma como el nido para el ave. 

Las golondrinas son un gran ejemplo de esto para nosotros. Los habitantes de Jerusalén conocían muy bien estas aves que solían construir sus nidos bajo los aleros de los edificios. 

Un descendiente de Coré escribió sobre ellas en el Salmo 84:1-3 "Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío".

Hasta en el templo de Salomón anidaron golondrinas. Es probable que año tras año hallaran allí un lugar tranquilo y seguro para criar a sus polluelos. El escritor miró y se fijó en aquellos nidos en el templo. Él, conforme a la ley, servía allí una semana cada seis meses, pero quería ser como las golondrinas que tenían un hogar permanente en la casa. Anhelaba estar allí todos los días, él no sólo deseaba la visitación de Dios, él quería habitar en su presencia, tal y como aquellas aves.

Hoy día tenemos acceso a la presencia de Dios y aun a sus altares, porque el velo del templo se rasgó (Mateo 27:51). Sin embargo, muy pocos anhelan habitar en su casa. Hoy hay muchos, que se conforman con llegar al templo una semana, cada seis meses.

Las ordenanzas y bendiciones recibidas en la casa de Dios son sólo un anticipo de la felicidad del cielo; pero ¿cómo pueden tener deseos de entrar en esa santa habitación los hombres que se quejan de que las ordenanzas divinas y el congregarse son sólo cosas tediosas? 

El escritor de este salmo nos dice: "Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos: Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad" (v.10).

Las golondrinas, saben que no sólo para ellas mismas, sino también para sus polluelos, no hay mejor lugar para hacer nido. Mejor habitar todos en la casa de Dios, que en moradas de maldad. ¿Dónde estás habitando? ¿Dónde habitan tus hijos?

Son verdaderamente felices los que siguen adelante en el ejercicio de abrir su puerta al Señor cada día y habitar en su casa, como la golondrina halla allí espacio para su nido por el poder y gracia de Jesucristo. Puede que los peregrinos a la ciudad celestial tengan que pasar por más de un valle de lágrimas y más de un desierto áspero, pero se les abrirán pozos de salvación y se les enviarán consolaciones para su sustento (5-6). 

Los que prosiguen adelante en su carrera cristiana apercibidos en el tiempo, refugiados en su casa; encontrarán que Dios agrega gracia a sus gracias. Y los que crecen en la gracia serán perfectos en gloria (11-12).

Cómo la golondrina refúgiate en Él y anídate en su casa.