¿Cuál es su fuente de fortaleza?

Por Rob Nieminen 

“Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre ustedes, y me serán testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra”. Hechos 1:8 (RVA)

¿Alguna vez se ha sentido fracasado como cristiano? Quizás ha estado luchando con un pecado en particular durante años, no puede reunir el valor para compartir tu fe con un compañero de trabajo, o simplemente parece que no puede confiar en Dios con tus finanzas. Sea lo que sea, créame, puedo relacionarme con la sensación de equivocarme una y otra vez.

Un día; sin embargo, una bombilla se encendió mientras leía un libro titulado El Dios que nunca conocí. En él, el autor y pastor Robert Morris explicó el papel del Espíritu Santo en nuestras vidas y planteó una pregunta simple pero profunda. Dijo (y estoy parafraseando): "Si has fallado en vivir la vida cristiana, ¿con la fuerza de quién has estado tratando de hacerlo?"

En ese momento, me di cuenta de que mi fuente de energía era insuficiente para la tarea de vivir en santidad. Estaba tratando de vivir la vida cristiana con mis propias fuerzas, aunque sabía que en Juan 15: 5 Jesús dijo que separados de Él no podemos hacer nada. Y en el pasaje de las Escrituras de hoy, Jesús instruye a sus discípulos que vayan a Jerusalén y esperen que se les dé el poder del Espíritu Santo antes de salir al mundo para compartir el evangelio. En otras palabras, no podemos ser testigos efectivos de Cristo sin la presencia y el poder del Espíritu Santo.

Después de darme cuenta de esto, sentí dos cosas: alivio y hambre. Verá, cuando dejamos de depender de nosotros mismos para hacer lo que Dios nos ha pedido que hagamos, hay una tremenda libertad en ello. Pero sí requiere que tengamos suficiente hambre para buscar Su presencia y esperar que Él nos llene. Entonces, al apartar tiempo para ayunar y orar con regularidad, le pedí a Dios que me llenara de Su Espíritu Santo, y eso es exactamente lo que hizo.

Tengo un largo camino por recorrer en mi viaje hacia la santificación, pero cuando tropiezo ahora, sé que tres cosas son ciertas: 1. Probablemente he vuelto a mi propia fuerza en cualquier área con la que estoy luchando; 2. Me basta la gracia de Dios; y 3. Su poder se perfecciona en mi debilidad.

Cristiano, si hoy estás deprimido por algún fracaso o pecado repetido, ¡anímate! Jesús no solo te ama y te perdona, Él quiere llenarte con Su Espíritu Santo para que puedas experimentar libertad y gozo duraderos. ¡Pregúntale a Él!

PROFUNDIZA: ¿Por qué Jesús les dijo a sus discípulos que fueran a Jerusalén a esperar que el Espíritu Santo les diera poder? ¿Qué crees que hubiera sucedido si hubieran intentado predicar el evangelio sin él?

DESCUBRE: ¿Hay áreas de la vida cristiana con las que luchas repetidamente? Si es así, pregúntese honestamente con la fuerza de quién ha estado trabajando.

HAZ: Pase tiempo en oración y ayuno (si puede) y pídale a Dios que lo llene con el Espíritu Santo. No se desanime si no sucede de inmediato; sigue pidiendo, buscando y llamando y la puerta se te abrirá (Mateo 7: 8; Lucas 11:10).