Embajadores oficiales

Por Danny Saavedra 

 “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!  Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación:  esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios». Corintios 5:17–20 (NVI)

Como creyentes, tenemos la noticia más sorprendente y transformadora para compartir: el evangelio de Jesucristo. Es nuestro gran y glorioso privilegio y nuestra misión compartir estas buenas nuevas. En el pasaje de hoy, el apóstol Pablo nos llama embajadores de Cristo. Esa palabra (presbeúō) habla de alguien que actúa "como un estadista o diplomático establecido, un representante confiable y respetado que está autorizado para hablar como emisario". Era un término atribuido a los representantes oficiales del emperador romano.

Ser embajador es una enorme responsabilidad y también hay un elemento de confianza involucrado. Imagínese si el presidente lo envía a representar a nuestro país en una reunión internacional. Quiere que caracterices lo que significa ser ciudadano de este país, ejemplificando esperanza, libertad, oportunidad, verdad y justicia. Eso sería enorme, ¿verdad? Pero el mero hecho de que te lo haya pedido demuestra que confía en que puedes hacer el trabajo. Cree que puedes representarlo bien a él y a nuestro país. Él confía en que hablarás en su nombre. De manera similar, ser el embajador de Cristo significa que eres un representante oficial del cielo y su Rey, el Señor Dios.

Pero hay un segundo aspecto de esta palabra embajador que me parece muy interesante. Significa una persona que puede tratar con las personas de una manera sensible y eficaz. Cuando combina esas dos definiciones de embajador, comprende más claramente lo que Pablo estaba comunicando en 2 Corintios. Dijo: "Somos, por tanto, embajadores de Cristo, como si Dios hiciera su llamamiento a través de nosotros".

Amigos, estamos llamados a representar a Jesús de la misma manera que Él se representó a sí mismo cuando caminó entre nosotros. Estamos llamados a representar a Jesús de la manera en que Jesús nos representa ante su Padre. Piénsalo. Estamos llamados a interceder en nombre de Cristo ante las personas de este mundo de la misma manera que Cristo intercede por nosotros ante el Padre.

Así es como debemos representarlo a Él, de manera sensible y efectiva, ante la gente de nuestro mundo: nuestros amigos, nuestros vecinos, nuestros maestros, nuestros compañeros de clase, la mesera del restaurante, el representante de servicio al cliente de la televisión por cable cuando llamamos para quejarnos, el hombre sin hogar que pide dinero, la persona que es mala con nosotros, la persona gay que odia a los cristianos. ¡Estamos llamados a representar a Jesús ante esas personas con amor, compasión, gracia, paz, perdón, bondad, gentileza y verdad mientras caminamos, vivimos y compartimos las buenas nuevas del glorioso evangelio!

PROFUNDIZA: ¿Cuáles son las responsabilidades de un embajador?

DESCUBRE: ¿Cómo está viviendo a la luz de su llamado como embajador de Cristo? ¿De qué manera puedes crecer en tu representación de Cristo ante el mundo?

HAZ: Considere esto: Dios lo ha llamado a ser Su embajador como si Él mismo estuviera haciendo su llamado al mundo. Eso significa que eres Su portavoz, Su megáfono, para las personas que te rodean. Pero hay una promesa asombrosa en ese llamamiento. Mateo 28:20b (NTV) dice: "Y ten por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos". Romanos 8:11 (NTV) dice: "El Espíritu de Dios, que levantó a Jesús de los muertos, él dará vida a sus cuerpos mortales mediante el mismo Espíritu, quien vive en ustedes". Y Hebreos 13: 20-21 (NTV) declara: “Y ahora, que el Dios de paz, quien levanto de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, y que ratificó un pacto eterno con su sangre, los capacite con todo lo que necesiten para hacer su voluntad. Que él produzca en ustedes, mediante el poder de Jesucristo, todo lo bueno que a él le agrada. ¡A él sea toda la gloria por siempre y para siempre! Amén. 

Descansen en estas promesas hoy, amigos. Sepa que no está solo en este trabajo como embajador. Él te ha llamado, te ha equipado y obrará en ti, a través y alrededor de ti mientras te rindes a la dirección del Espíritu Santo para lograr las buenas obras que Él ha preparado de antemano para que camines.