Biblia en Un Año - Libro De GénesisMuestra

He tomado la decisión de escribir de los asuntos familiares de estos tres capítulos de Génesis, aun cuando mi ser se inclina por hablar del encuentro muy conocido de Jacob con el varón de Dios y el cambio de su nombre por Israel, lo cual es poderoso, pero lo haremos en otra ocasión.

 Hay un refrán que dice: “todo lo que siembras, cosecharás” y este patriarca, en su inmadurez había engañado años atrás a su padre Isaac, pero ahora encontrándose con su suegro Labán comprendió lo que significaba la cosecha a su acción, por los años de pruebas vividas tanto como pastor, como esposo de cuatro mujeres y padre de muchos hijos.  Esto no habla de una vida fácil.    

¿Por qué será que encontramos personas que por un momento de “satisfacción” sacrifican su vida recibiendo solo esfuerzo, dolor, pesar y cansancio?  

Insisto:  esto no habla de una vida fácil.

Para todos ellos debo decir que así como Dios le aseguró a Jacob estar con él, tiene la misma medida de bondad sobre tu vida, ¡descansa en Él!

Jacob comió de su propia medicina: El engañador siendo engañado por su suegro, por Lea, por los hermanos de ella, por las esposas en la larga competencia de llamar su atención a través de los hijos y lamentablemente en la idolatría que llevaba en su corazón su amada Raquel. (31.19).   

¿En qué momento debía regresar a la fe que Abraham le legó para tomar la rienda de su casa?  

La manera en la cual se pone en orden la vida, es por medio de la Palabra de Dios. 

Oración:

 Amado Dios. Has puesto tus palabras en mi boca y me has cubierto con la sombra de tu mano.  Has extendido los cielos y echas los cimientos de la tierra, por ello sabemos que tenemos paz en Ti.  Nos llevas en tu mano en este camino que es fácil.   Nos colmas de bien y has traído sobre nuestra vida una fe renovada, un nuevo compromiso y el poder de seguir adelante seguros y bendecidos.  Amén.