El milagro llamado IsraelMuestra

Lo haré

Cuando el Señor habla, el futuro está arreglado. 

En Génesis 41, José escucha al faraón decir: "Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi casa". Uno de los hijos menores de Jacob, el pequeño José, ahora va a gobernar sobre los egipcios. Solo faraón estaba sobre él. Cuando llegó la hambruna, la familia de José, incluidos sus hermanos mayores, tuvo que acudir a José en busca de comida para sobrevivir. Fue entonces cuando la Palabra del Señor a Rebeca se cumplió también en José; "El mayor servirá al menor". No fue solo el anciano Esaú quien sirvió a su hermano pequeño Jacob, también llamado Israel. En la siguiente generación, los hijos mayores también sirvieron al hijo menor, José, cuando se mudaron a Egipto.

Años después, el rey de Egipto murió, y los descendientes de Jacob, los hijos de Israel, clamaron a causa de su esclavitud. Dios los reconoció y recordó Su pacto eterno con Abraham, Isaac y Jacob. Sin embargo, Israel no adoraba a Dios en ese momento porque Israel no conocía a Dios, ¡ni siquiera Su nombre!

El Señor usó el milagro de una zarza ardiente para llamar la atención de Moisés. Más tarde, el Señor habló a Moisés y le dijo: "Yo soy JEHOVÁ. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos. También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron" (Éxodo 6:2–4 RVR1960).

El Señor añadió, "dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ;yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; y os tomaré por mi pueblo y, seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto. Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ" (Éxodo 6: 6-8 RVR1960).

Después de que Moisés llevó al pueblo de Israel a través del desierto, Josué los guió. Entonces el Señor le dio a Israel la tierra que había prometido. La conquistaron y vivieron allí en paz. "No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió" (Josué 21:45 RVR1960).

Cada vez que Dios hacía una promesa, la cumplía. Puedes confiar en Él. Israel es tu póliza de seguro de que Dios es fiel a Sus promesas.