Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Había Una VezMuestra

Había Una Vez

DÍA 3 DE 4

LA PEOR ETIQUETA

Había una vez una niña que nació en una familia disfuncional. Había una vez un niño que no era muy bueno en matemáticas, lo llamaron tonto y lo creyó. Había una vez una niña que fue abusada. Había una vez un niño que creció sin papá. Había una vez una niña que sentía que no era suficiente para sus papás. Había una vez un niño que miró pornografía y siente que ya no puede dejar de verla. Había una vez una niña que odiaba su cuerpo y comenzó a vomitar para bajar de peso. Había una vez una niña que sentía que debía ser niño o viceversa. Había una vez…

Todos conocemos estas historias, de repente son contextos distintos, finales distintos, pero de alguna manera alguna de ellas tal vez resonó contigo. 

Quizás sientes que la historia que estás viviendo ahora no se supone que sea así, y es probable que estos sean algunos de tus pensamientos: “Algo está mal en mí”, “mi vida no tiene sentido”, “es normal que me vean así, que me hablen así”, “no hay nada bueno en mí”.

¿Hasta suena como un producto fallado, no? Y esta es la peor etiqueta, algo sin arreglo. Casi como si describiéramos basura. Un producto fallado que nunca debió ser. Y ya sabes lo que te diré porque ya lo has escuchado muchas veces: “Naciste con propósito y a propósito”, pero por más de que te lo repitan, nada cambia lo que sientes. Entonces, ya es hora de escuchar lo que Dios tiene que decir al respecto.

“Me viste antes de que naciera. Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro. Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara. Tú me observabas mientras iba cobrando forma en secreto, mientras se entretejían mis partes en la oscuridad de la matriz”. (Salmos 139:15-16)

Esta es la verdad, que aun antes de que nacieras, Dios ya te habia pensado, Dios ya sabía cuál sería el color de tus ojos, el color de tu piel, tu personalidad, el sonido de tu risa, la cantidad de cabellos que tendrías, el lunar en tu dedo meñique; que te dolerían las injusticias tanto como a él. Dios te formó con detalles, como un artista a su lienzo, una obra maestra.  

Tal vez te encuentras en este momento de tu vida en el que ser llamado hijo de Dios no tiene ningún significado para ti, o como hablamos antes, estás confundido sobre quién eres o quién debes ser. No estamos tratando de decirte que hay algo malo en ti o algo bueno, o algo que debe ser cambiado porque esto es mucho más profundo que solo características superficiales. Dios te invita a una relación, y es desde esta relación que encontramos nuestra identidad, es desde que identificamos a Dios como nuestro padre, que nos identificamos a nosotros como hijos. 

No eres un producto fallado, tu nacimiento y existencia en este mundo no es una casualidad. No se trata ni siquiera de si tus padres te planearon o no. Ya viviste mucho tiempo creyendo la mentira de que tu vida no tiene sentido, ya viviste mucho tiempo esclavo de la etiqueta de que “hay algo malo en ti”, es tiempo de lavar tu mente y llenarla de la verdad sobre quién eres. 

Recuerda que no tienes que ser de una manera específica para ser valioso o valiosa; Jesús vino al mundo para mostrarnos que no importan las voces externas, solo la suya; que no importan otros nombres que hayan tratado de definirnos, solo el suyo. El nombre de Jesús está por encima de todo. 

Tal vez tu historia no comenzó como esperabas, pero eso no significa que terminará mal. Te animo a que corras a Dios, a su verdad, aférrate con tus fuerzas o con tu debilidad a lo que él dice. Hay más.

Día 2Día 4

Acerca de este Plan

Había Una Vez

Saber quién eres no es algo que descubres al final de tu vida, es algo que descubres para empezar a vivir. A través de estos 4 días aprenderemos que somos hijos de Dios, y el valor que tenemos por serlo.

More

Nos gustaría agradecer a caminodevida por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.caminodevida.com